Hoy
amigas y amigos mis palabras están vestidas de duelo. Han asesinado a un
maestro de la UPN (no creo en el suicidio, ni en alguna situación aleatoria,
contingente, casual.).
Nelson
se graduó apenas unos cuantos días. Había recibido su diploma de maestro,
Escuchar
a su padre, don Carlos, me devolvió la acidez, el miedo, el hastío, la
repugnancia, el pavor de saber que estamos en un país donde es tan fácil borrar
a un maestro, eliminarlo, quitarle sus suspiros. Su padre está orgulloso de que
su hijo se haya diplomado de maestro, lo nombró con tristeza infinita, con
dolor de ausencia. Pero también lo nombro con rabia porque exige justicia,
verdad, ¿Quien fue, porque lo hicieron?
Don
Carlos nombró a Nelson con insistencia con el brillo de las luciérnagas y les
pidió a sus amigos presentes que no lo olviden, que recuerden su sonrisa. Que
sigan siendo maestros con altivez.
Don
Carlos es un albañil de días largos pintando paredes, arreglando andenes,
reparando casas... trabaja de día y noche a lo que le paguen. Nelson tiene un
hermano, digo hermanito con problemas neurologicos a causa de un neurisma que
le dejó secuelas de por vida.
Don
Carlos es viudo.
Don
Carlos quiere venir a la Universidad. Estar en el salón donde estudiaba Nelson,
sentarse. Caminar. REcorrer los espacios de Nelson. Dijo que quiere una mochila
para que lo dejen entrar. Quiere contarnos sobre la infancia de Nelson. Quiere
conversar con los maestros de Nelson.
Don
Carlos quiere que la memoria de su hijo haga presencia en la UPN. Su mayor
orgullo era y de seguro seguirá siendo Nelson.
Nelson
realizo su trabajo de grado sobre la FARC- EP.
Hoy sus
amigos de curso, y semestre con quienes escribió e investigó huyen, se
esconden. Se sienten huérfanos de tuétanos y raíz.
Y los
profes de Sociales, son un puñado de sol que siguen insistiendo a pesar de
tanta muerte, de tanta ausencia, de tanta vida arrebatada.
Ay
amigas, amigos... Duele ver y sentir a sus compañeros con sus vidas plenas
hechas jirones
Me duelen
las palabras, me duelen en mis entrañas de madre y de maestra... Palabras
hormigas, palabras que saben a ceniza., palabras espanto.
Don
Carlos necesita que le trasplantemos una pizca de esperanza. Don Carlos quiere
que le regalemos color a su vida, quiere el temblor de un apretón de nuestras
manos. Quiere dignificar el nombre de su hijo con el nombre de MAESTRO.
Le
prometimos a don Carlos que le daríamos un carné de la UPN.
Piedad Ortega.
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