miércoles, 28 de octubre de 2015

Universidad de Antioquia | La asamblea permanente de los profesores y la coyuntura universitaria

La asamblea permanente de los profesores y la coyuntura universitaria
Asociación de Profesores
(Entrevista al profesor Jaime Rafael Nieto López, Presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia)
¿Cómo han recibido las directivas universitarias las decisiones de la Asamblea General de Profesores?
Jaime Rafael Nieto López: bueno, hasta ahora no conocemos una reacción ni una respuesta a estas conclusiones. Una vez concluida la Asamblea General del 21 y 22 de octubre escribimos una comunicación al rector Mauricio Alviar y al Consejo Académico (CA) informándoles de las conclusiones de la Asamblea y poniéndolas a su consideración. Después de la asamblea del día de ayer martes 27 enviamos una nueva comunicación al CA reiterándole nuestra disposición al diálogo y la integración de una mesa para discutir lo concerniente al Acuerdo 480. Estamos a la expectativa que para la próxima Asamblea General quizás tengamos alguna respuesta concreta al respecto.
AP: Hoy nos sorprendió la rectoría con la decisión del cierre intempestivo de la universidad, ¿cómo le parece esta medida?
JRNL: es una decisión desafortunada que como universitarios no compartimos. El cierre es una medida extrema y desesperada que significa el fracaso de la universidad en su capacidad para dialogar y construir salidas de consenso a los conflictos y crisis. Es lo más paradójico que la rectoría hable de “respeto”, “trato civilizado” y “espíritu universitario”, tomando decisiones que niegan de plano lo uno y lo otro. Es de alguna manera un fracaso de la palabra y del ejercicio argumentado de la razón, que es lo que caracteriza a la universidad. Hay que decir que esta medida que ya venía siendo anunciada en tono amenazante desde días anteriores por parte de las directivas universitarias, confirma realmente la actitud autoritaria y poco dialogante de la rectoría frente a las críticas y propuestas que han formulado estudiantes y profesores frente al Acuerdo Académico 480. Como universitarios, rechazamos este cierre y la militarización de las porterías de la Universidad. Insistimos en que la rectoría convoque de manera urgente a estudiantes y profesores a un diálogo franco y respetuoso sobre la situación actual de la universidad. Lo más preocupante es que este tipo de actitudes no dialogantes, verticales y autoritarias, podrían estar preanunciando un estilo de gobierno universitario frente a temas y debates cruciales de la vida universitaria que se ven venir, como lo son, por ejemplo, las reformas al Estatuto General de la Universidad, al Estatuto Profesoral, al Reglamento Estudiantil, y el nuevo Plan de Desarrollo.
AP: Algunos medios dicen que los profesores al declararse en asamblea permanente se sumaron al paro indefinido de los estudiantes, ¿qué nos puede decir al respecto?
JRNL: Eso no es cierto o por lo menos no es exacto, pues los estudiantes son un estamento muy importante dentro de la universidad, y como tal se reúne y toma sus decisiones de manera autónoma, casi siempre a través de asambleas generales, que nosotros como universitarios y profesores respetamos. Yo diría que otro tanto ocurre con los profesores, quienes de manera autónoma nos reunimos para debatir y afrontar temas y problemas que nos conciernen como estamento y también temas universitarios más generales en los cuales muchas veces coincidimos con los estudiantes. Estas coincidencias sin embargo no significan que los profesores declinen su autonomía ni frente a la manera de entender estos problemas ni respecto a los mecanismos que consideramos legítimos y pertinentes para tramitarlos. La Asamblea Permanente es un mecanismo que nos permite abrir espacios profesorales desescolarizados diferentes o alternativos a la normalidad académica para que los temas cruciales de la vida universitaria se sigan debatiendo entre los profesores e incluso con invitación a los estudiantes. Respetamos el mecanismo de paro de los estudiantes, pero nosotros preferimos el de la asamblea permanente, no sólo porque jurídicamente no podríamos declararnos en paro, sino sobre todo porque nos permite mantener la deliberación y presencia del profesorado en la universidad. Los dos días de asamblea permanente mostraron la pertinencia y validez de este mecanismo, el cual fue convalidado por la realización simultánea de 17 claustros o reuniones de profesores en los que tomó forma una masiva y activa participación del profesorado, haciendo reflexiones muy valiosas, debatiendo y construyendo propuestas, tal como se evidenció en los informes presentados en la pasada asamblea general del martes 27. Definitivamente, la asamblea permanente acompañada de la realización de reuniones por dependencia fortalece y dinamiza el movimiento profesoral.
AP: Algunos profesores están inquietos y temerosos con el acompañamiento a los exámenes de admisión el 3 y 4 de noviembre, ¿qué puede decirnos sobre esto?
JRNL: El acompañamiento al examen de admisión no hace parte de la agenda propiamente dicha de la asamblea de profesores; sabemos que es nuestro deber moral acompañar a los más de 40.000 aspirantes en este ejercicio y que además es un deber como empleados docentes hacerlo; hasta ahora nadie ha planteado no asistir o intentar sabotear la realización del examen ni mucho menos, lo que sí es claro que lo haremos demandando de las directivas universitarias garantías para cumplir con nuestro deber y sin declinar nuestra protesta y rechazo Acuerdo Académico 480 que modifica los términos de dicho examen.
AP: Existen inquietudes entre profesores acerca de si la declaratoria de asamblea permanente es debido al Acuerdo Académico 480 o ¿tiene que ver con algo más?
JRNL: sea la oportunidad para aclarar que este movimiento profesoral que está en gestación no es un movimiento “antidirectivas” o contra la rectoría del profesor Alviar, tal como algunas voces lo sugieren. Por lo menos en lo que concierne a la Asociación de Profesores, no hay ni “enemigos” ni “adversarios” preestablecidos o predeterminados. El compromiso de la Asociación es un compromiso gremial por la defensa de los intereses del profesorado y de la Universidad Pública. Desde ahí define sus líneas de acción y define también quiénes en determinadas coyunturas son sus adversarios y aliados. Si hoy estamos en una relación de conflicto y confrontación con la rectoría no es porque se trate de la rectoría del profesor Alviar sino porque es ésta rectoría y no otra la que ejecuta o toma decisiones que vulneran derechos de los profesores, como por ejemplo, las incapacidades, la compensación salarial a la totalidad del profesorado (bonificación), el programa de salud, la participación democrática en la toma decisiones sobre asuntos universitarios fundamentales como la reforma al examen de admisión, entre otros. Estos son los temas que hoy por hoy aglutinan la asamblea general de profesores y son temas que tocan directamente con sus intereses gremiales y universitarios, independientemente de la simpatía o antipatía que se pueda sentir ante la rectoría Alviar. En este sentido, la declaratoria de asamblea permanente, debe entenderse no sólo en relación con el tema del examen de admisión sino en relación con la totalidad de los puntos planteados en las conclusiones de la asamblea general de profesores.
AP: Por último profesor Nieto, se habla de divisiones en la Junta Directiva de la Asociación de Profesores por la forma como se viene conduciendo el movimiento profesoral, ¿qué puede decirnos al respecto?

JRNL: la Junta Directiva, como cualquier instancia colectiva de representación profesoral, históricamente es y ha sido una instancia plural, deliberativa, construida a varias voces, y en ese sentido es muy normal que a su interior se expresen diferentes posturas respecto a los más variados temas universitarios, que a su interior existan conflictos, choques de posiciones, desacuerdos, etc. No es una instancia monolítica y todos sus miembros gozan de plenos derechos y autonomía para expresar sus diferencias y defenderlas; es sobre la base del debate, la crítica y la controversia respetuosa a su interior como construimos los consensos fundamentales que marcan los derroteros y su orientación al conjunto del profesorado, teniendo en cuenta además que es finalmente el profesorado el que acoge o desestima esos derroteros de acción. 
El plan de acción que, por ejemplo, aprobamos luego de la elección de la nueva Junta Directiva se construyó de esta manera, y creemos que es el método correcto. Lo que no nos parece correcto es que las discusiones propias de la Junta se ventilen públicamente y de manera descontextualizada, muchas veces incluso sin la suficiente información. Plantear estos debates, que insisto, son del ámbito interno de la Junta, en las asambleas generales, en vez de ilustrar confunden al profesorado o lo descentran de sus objetivos y propósitos comunes, deslegitiman a la Junta como instancia de representación profesoral y estimulan la división, la apatía y el desinterés del profesorado por sus intereses gremiales comunes y de los problemas de la universidad. Por eso frente a estas posiciones, hemos preferido optar por la prudencia, no dejarnos provocar e insistir sobre todo en la ilustración y en la necesidad de llamar a la unidad del profesorado alrededor, repito, de sus objetivos comunes. A esta unidad hay que invitar al profesorado de cátedra, que tiene situaciones particulares de contratación y vínculo laboral, entre otras, que requieren acompañamiento y solidaridades mutuas con los profesores de planta y ocasionales.


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