Los
defensores y defensoras de los jóvenes detenidos en la ciudad de Bogotá el día
8 de julio de 2015, nos pronunciamos en rechazo total a la persecución que se
acrecienta contra los profesionales que ejercemos la representación técnica de
los mismos, que esta vez se hacen extensivos a menores de edad.
El día
de hoy, 15 de julio de 2015, hacia las 11:30 am, hora en que se estaba
adelantando la continuación de la audiencia de imputación, uno de los abogados
defensores recibió la llamada de su hija menor de edad, quien con evidente
angustia le manifestó que estaba siendo seguida por sujetos desconocidos.
La
joven menor de edad, se desplazaba en un bus de Trasmilenio y se percató de la
presencia de dos hombres altos, cabello corto, peluqueado estilo militar,
quienes junto a ella se bajaron en la estación de Las Aguas, se adelantaron y
apostaron unos pasos más adelante hacia el Parque de los periodistas, mirándola
fijamente, haciendo evidente la persecución.
En razón
a ello, la hija del defensor, fue en busca del agente de policía de la Estación
de las Aguas de Trasmilenio, informándole de los hechos; sin embargo, cuando
los funcionarios fueron en dirección al lugar donde se encontraban ubicados los
sujetos, éstos ya habían desaparecido de vista. Los hombres portaban un celular
de alta gama desde el cual al parecer tomaron fotografías a la menor.
Ningún
antecedente similar se había registrado contra la familia del abogado defensor
afectado.
Los
hechos, tienen estrecha relación con los recientes ataques públicos
protagonizados por el General Palomino, contra los profesionales que hemos
ejercido la defensa de los jóvenes detenidos y que hemos denunciado sin
dubitación las irregularidades que se han presentado luego de su captura, que
afectan la garantía de presunción de inocencia. De igual manera, con la toma de
fotografías a los defensores, con destinación y uso desconocido, por parte de
personas no identificadas que ingresan a las audiencias.
Este tipo de “acciones de inteligencia
ofensiva” preocupan por cuanto constituyen un aumento gradual del hostigamiento
contra la defensa, que ahora se extiende a las familias, sin consideración
alguna de si se trata de menores de edad. Se suma igualmente a los seguimientos
que familiares, amigos y personas solidarias que han acompañado a los jóvenes
detenidos, han venido sufriendo, desde el momento en que se produjo la
detención.
Nos solidarizamos con nuestro colega afectado
con esta nueva agresión y exigimos de las autoridades la investigación y
esclarecimiento inmediato de estos hechos, en estricto cumplimiento de las
recomendaciones emanadas en el Informe sobre defensores y defensoras de
derechos humanos de las Américas de la CIDH, en la cual se requiere los Estados
parte para que “Las investigaciones respecto a violaciones a derechos humanos
deben ser realizadas con diligencia, es decir, por todos los medios legales
disponibles y ser orientadas a la determinación de la verdad. Los Estados
tienen el deber de asegurar que se efectúen todas las diligencias necesarias
para conocer la Verdad de lo sucedido y para que se sancione a los eventuales
responsables, involucrando a todas instituciones estatales relevantes. En esta
línea, las autoridades deben adoptar también, las medidas razonables que
permitan asegurar el material probatorio necesario para llevar a cabo la
investigación. La Comisión considera que como parte de la debida diligencia
requerida en investigaciones sobre violaciones a los derechos de un defensor,
la autoridad debe tomar en cuenta la actividad de éste para identificar los
intereses que podrían haber sido”.
Abogados
defensores de los jóvenes detenidos en Bogotá el 8 de julio.
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