En el
Plan Nacional de Desarrollo (PND) no está clara la apuesta por lo público ni
por lo estatal, aspectos ineludibles en una política para la educación
superior.
Desde
esta perspectiva, el director nacional de Planeación y Estadística de la U.N.,
Carlos Alberto Garzón Gaitán, encuentra en el capítulo del PND dedicado a la
educación superior, un vacío en lo que podría ser una efectiva estrategia de
sostenibilidad financiera de largo plazo para las Instituciones de Educación
Superior (IES) estatales.
Frente
a los pilares del plan ─paz, equidad y educación─ y luego de revisar el modelo
puesto en vigencia por la Ley 30 de 1992, establece que el proyecto no incluye
los costos de la calidad ni permitirá una apuesta de aumento de cobertura de
gran calado como la que exige un escenario de paz.
Luego
de revisar el proyecto que cursa en el Congreso de la República, considera
además que en este no se establecen metas específicas para cada nivel y
modalidad de la educación superior, ni entre lo estatal y lo privado, ni entre
financiación a la demanda o de la oferta, ni entre créditos y donaciones.
“Si no
existe una apuesta clara por lo estatal, para un Gobierno siempre será más
efectivo, en el corto plazo, financiar la demanda en instituciones privadas bajo
la modalidad de créditos condonables”, advirtió. En este caso, encuentra que la
eficiencia va en contravía de la eficacia y de la pertinencia, en especial en
términos de inclusión.
Alertó
también sobre el riesgo al que se expone la autonomía académica en la educación
superior, que ha sido blanco de diversos intentos de limitación a través de
leyes que reglamentan profesiones y estandarizan contenidos. Su recomendación
es tener especial cuidado al momento de definir la misión y las funciones de la
llamada Superintendencia de Calidad y el contenido de los “contratos plan”,
para no violar la autonomía.
En
cuanto al programa “Ser pilo paga”, el directivo de Planeación de la U.N. dijo
que este debe complementarse con acciones enfocadas en población vulnerable,
tanto de las grandes ciudades como de los municipios de frontera. En este
último caso, hizo énfasis en que los estudiantes no tienen los mejores
resultados en las pruebas de Estado ni capacidad de pago para que, en los casos
muy probables de no graduarse o de que no lo hagan en el tiempo establecido, tengan
cómo subsanar el crédito.
Al
analizar el mecanismo de financiación para la oferta pública, precisó que este
exige definir un nuevo punto de partida en la distribución de recursos para
todas las instituciones y aumentar la base presupuestal en el monto que se ha
evaluado por el Sistema de Universidades Estatales (SUE) como de déficit de supervivencia.
“Una
vez lograda esta estrategia, se pueden disminuir progresivamente las brechas
sociales y económicas en el contexto actual del sistema de educación superior
colombiano, para lo cual se requieren recursos adicionales y una redistribución
más equitativa entre instituciones y regiones”, manifestó.
En su
revisión analítica del PND, considera importante conservar e incrementar
inversiones transversales a las instituciones (Colciencias, MEN), en factores
directamente relacionados con la productividad académica: la formación doctoral
de los profesores, la adquisición de bases de datos, la negociación nacional de
licenciamiento de software que el Estado pondría a disposición de las IES
estatales y el montaje de Centros Compartidos para prestar servicios
tecnológicos que requieren equipos robustos sofisticados, entre otras opciones.
El
profesor Garzón advierte que el plan no profundiza sobre el modelo de
financiación de la educación superior ni recoge evaluaciones previas en esa
materia, como la del Consejo para la Educación Superior (CESU).
El PND,
en su concepto, privilegia los campos del conocimiento orientados directamente
a la competitividad e innovación, que dejan en segundo plano las ciencias
sociales y humanas junto con la creación artística. “Esta falencia es grave por
el papel que jugarán las universidades y la educación en general durante el
posconflicto”, precisó el profesor Garzón.
En
materia presupuestal, el docente expresó también su preocupación por las
restricciones que impondrá la crisis de los precios del petróleo. En medio de
estas dificultades, agregó, “se confirmará si realmente el Gobierno
privilegiará a la educación, y en nuestro caso a la universitaria, como una de
las mejores maneras de garantizar la inclusión económica y social en el
posconflicto”.
Vea
análisis completo en:
http://www.unperiodico.unal.edu.co/
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