martes, 10 de marzo de 2015

PND: ¿oportunidad o riesgo para la Universidad?

El PND propone convertir a Colombia en líder latinoamericano en áreas prioritarias de ciencia y tecnología.
En el Plan Nacional de Desarrollo (PND) no está clara la apuesta por lo público ni por lo estatal, aspectos ineludibles en una política para la educación superior.
Desde esta perspectiva, el director nacional de Planeación y Estadística de la U.N., Carlos Alberto Garzón Gaitán, encuentra en el capítulo del PND dedicado a la educación superior, un vacío en lo que podría ser una efectiva estrategia de sostenibilidad financiera de largo plazo para las Instituciones de Educación Superior (IES) estatales.
Frente a los pilares del plan ─paz, equidad y educación─ y luego de revisar el modelo puesto en vigencia por la Ley 30 de 1992, establece que el proyecto no incluye los costos de la calidad ni permitirá una apuesta de aumento de cobertura de gran calado como la que exige un escenario de paz.
Luego de revisar el proyecto que cursa en el Congreso de la República, considera además que en este no se establecen metas específicas para cada nivel y modalidad de la educación superior, ni entre lo estatal y lo privado, ni entre financiación a la demanda o de la oferta, ni entre créditos y donaciones.
“Si no existe una apuesta clara por lo estatal, para un Gobierno siempre será más efectivo, en el corto plazo, financiar la demanda en instituciones privadas bajo la modalidad de créditos condonables”, advirtió. En este caso, encuentra que la eficiencia va en contravía de la eficacia y de la pertinencia, en especial en términos de inclusión.
Alertó también sobre el riesgo al que se expone la autonomía académica en la educación superior, que ha sido blanco de diversos intentos de limitación a través de leyes que reglamentan profesiones y estandarizan contenidos. Su recomendación es tener especial cuidado al momento de definir la misión y las funciones de la llamada Superintendencia de Calidad y el contenido de los “contratos plan”, para no violar la autonomía.
En cuanto al programa “Ser pilo paga”, el directivo de Planeación de la U.N. dijo que este debe complementarse con acciones enfocadas en población vulnerable, tanto de las grandes ciudades como de los municipios de frontera. En este último caso, hizo énfasis en que los estudiantes no tienen los mejores resultados en las pruebas de Estado ni capacidad de pago para que, en los casos muy probables de no graduarse o de que no lo hagan en el tiempo establecido, tengan cómo subsanar el crédito.
Al analizar el mecanismo de financiación para la oferta pública, precisó que este exige definir un nuevo punto de partida en la distribución de recursos para todas las instituciones y aumentar la base presupuestal en el monto que se ha evaluado por el Sistema de Universidades Estatales (SUE) como de déficit de supervivencia.                  
“Una vez lograda esta estrategia, se pueden disminuir progresivamente las brechas sociales y económicas en el contexto actual del sistema de educación superior colombiano, para lo cual se requieren recursos adicionales y una redistribución más equitativa entre instituciones y regiones”, manifestó.
En su revisión analítica del PND, considera importante conservar e incrementar inversiones transversales a las instituciones (Colciencias, MEN), en factores directamente relacionados con la productividad académica: la formación doctoral de los profesores, la adquisición de bases de datos, la negociación nacional de licenciamiento de software que el Estado pondría a disposición de las IES estatales y el montaje de Centros Compartidos para prestar servicios tecnológicos que requieren equipos robustos sofisticados, entre otras opciones.
El profesor Garzón advierte que el plan no profundiza sobre el modelo de financiación de la educación superior ni recoge evaluaciones previas en esa materia, como la del Consejo para la Educación Superior (CESU).
El PND, en su concepto, privilegia los campos del conocimiento orientados directamente a la competitividad e innovación, que dejan en segundo plano las ciencias sociales y humanas junto con la creación artística. “Esta falencia es grave por el papel que jugarán las universidades y la educación en general durante el posconflicto”, precisó el profesor Garzón.
En materia presupuestal, el docente expresó también su preocupación por las restricciones que impondrá la crisis de los precios del petróleo. En medio de estas dificultades, agregó, “se confirmará si realmente el Gobierno privilegiará a la educación, y en nuestro caso a la universitaria, como una de las mejores maneras de garantizar la inclusión económica y social en el posconflicto”.

Vea análisis completo en:
http://www.unperiodico.unal.edu.co/


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