“Como Universidad de la nación fomenta el
acceso con equidad al sistema educativo colombiano, provee la mayor oferta de
programas académicos, forma profesionales competentes y socialmente
responsables. Contribuye a la elaboración
y re significación del proyecto de nación, estudia y enriquece el
patrimonio cultural, natural y ambiental de país. Como tal lo asesora en los órdenes
científico, tecnológico, cultural y artístico con autonomía académica e
investigativa.”
Ahora,
muchas personas se preguntarán: ¿De dónde salió este Párrafo?, ¿de un
“mamerto”?, ¿de un “hippie”?, ¿de un “revoltoso”? NO, es la misión de la Universidad Nacional de
Colombia, una de las Universidades Publicas más importantes del país y el
negocio más redondo del mismo. Estas palabras son las que se producen desde una
institucionalidad que recoge las necesidades del país y asume la
responsabilidad histórica de la universidad, paradójicamente, ofreciendo
mecanismos inútiles a la comunidad universitaria para la elección del cargo más
importante en la institución, de quien orientará su rumbo y por tanto el rumbo
del país en medio de un escenario de transformación nacional, dado el proceso
de paz y los posibles espacios de pos-acuerdos. Mecanismos, como la consulta
universitaria, cuyo fin es ignorar la decisión de la comunidad, al abrir el
telón rumbo a las votaciones virtuales del 18 de marzo, para que cada quien
aplauda a su personaje, y finalmente un títere del gobierno sea quien arrase en
el espectáculo. Pues la decisión real, en cuanto al futuro rector, es del
Consejo Superior Universitario, en el que la cuota decisoria es impuesta a
través de delegados del gobierno nacional.
El
primer acto del espectáculo, se realizó el día 4 de marzo de 2015, en el
auditorio león de Greiff. A las 9 de la mañana se dio cita el público
(comunidad universitaria), y los aspirantes a rector, para realizar el primer
debate antes de que el telón caiga, en este espacio se debían presentar los
programas de cada uno, para que así el público tenga la oportunidad de hacer
diagnósticos, de plantear problemáticas y de recibir respuestas de estos
personajes.
Siendo
así, fueron expuestos LOS PUNTOS
PROGRAMÁTICOS DE SIETE CANDIDATOS, CADA UNO CON GRAN RETÓRICA, DIGNO DE
ACTORES, PERO CON POCO CONTENIDO, DIGNO DE TÍTERES.
Algunos
a mencionar: El actual rector de la Universidad, Ignacio Mantilla, que no
presentó su programa como candidato, sino como rector vitalicio auto designado,
habló de su buena gestión, y progreso de la Universidad en infraestructura,
planta profesoral, y financiación en general, quizá olvido el techo caído de
derecho, las materias canceladas en la facultad de humanas por falta de
profesores, o la deuda de 200 mil millones de pesos con los bancos como una
bandera insignia de su periodo. También se encontró a el humanista Fabián
Sanabria, un amante de los felinos destacado, un orador destacado, y sobre todo, un evasor destacado, ya que
divago sobre todos los temas de su interés personal, y olvidó puntos de interés
público, como su periodo de decanatura en la facultad de humanas, la cual se
encuentra con un déficit de más de 7
billones de pesos. Por otro lado, estuvo el hermano del ministro de hacienda,
Jorge Cárdenas, quien compartió con el auditorio el modelo de la “empresa
nacional de Colombia”, en que pretende convertir a la Universidad Nacional.
Entonces
fue el turno de las intervenciones por parte del público, que respondiendo a la
metodología, pasaban por un filtro en que se escogían arbitrariamente sólo
algunas preguntas escritas las cuales serían las únicas que guiarían las
intervenciones finales de los candidatos; mientras el filtro se realizaba, los
y las estudiantes exigieron su lugar en el escenario, las personas
representantes, en primer lugar, de la
sede Bogotá, pasaron a cuestionar la democracia universitaria que se traza en
estos escenarios y a realizar preguntas concretas a los candidatos frente a el
modelo económico que el país se plantea y el lugar de la Universidad Nacional
en este, y por otro lado, la situación de la sede Palmira, reclamando la
negligencia de estos candidatos, al hacer caso omiso a los planteamientos de la
comunidad, e invitando a la comunidad capitalina a unirse en la lucha por la
materialización de la Universidad Pública con calidad, de la que todos y todas
hablan pero nadie construye, en especial Mantilla, quien con cinismo, aseguro
por redes sociales el apoyo de la sede Palmira, la cual, en realidad, se sintió
tan ignorada en el debate realizado allí hace alguno días, que decidió abrirse espacio en todo el país
para ser verdaderamente escuchada.
Los
candidatos, se dispusieron a responder las preguntas escogidas en el filtro,
sin darle mayor importancia a las intervenciones estudiantiles, mientras
personas encapuchadas hacían su aparición, la cual no quito demasiado tiempo a
los personajes principales, ya que el público exigió que se salieran para dar
paso a las presentaciones, con las que se esperaba, atendieran las expectativas
del auditorio, pero lo que sucedió fue lo contrario, al parecer en el
espectáculo no era importante la opinión estudiantil, sus cuestionamientos, ni
las respuestas y propuestas claras que se le deben a toda la comunidad frente a
la situación actual de la Universidad y el inconformismo general, que al pasar
las horas se sentía más latente en el auditorio. Dado el acto de malabarismo
conceptual que presentaron los candidatos al jugar con las ideas sin posiciones
claras, algunas personas en el auditorio se tomaron la palabra, para detener
este hecho y exigir a los candidatos respuestas concisas, quienes se sintieron
atacados al re-planteárseles un cambio de metodología en que el público tuviera la oportunidad de
participar ampliamente y ellos el deber de responder con claridad. Los
candidatos se retiraron y el público quedo insatisfecho con el chiste y el
malabarismo que tuvieron que presenciar, esperando que para el siguiente acto,
que será el debate del día viernes 13 de marzo , haya menos humo y más
respuestas.
Partiendo
de estos hechos, es claro que el acto
del 4 de marzo es sólo una parte del espectáculo en que se ha convertido la
democracia universitaria, ya que no existe un vínculo entre las directivas de
la universidad y la comunidad universitaria, pues esta última no tiene garantías de
participación ni incidencia, y al parecer, no las tendrá sin que sean exigidas
a gritos, con acciones concretas y decisiones precisas. Siendo así, la
invitación es a construir desde cada espacio en la universidad, ya sea
facultad, consejos estudiantiles, grupos de amigos/as o salón de clases, una
propuesta de democracia universitaria, a evaluar el mecanismo para elección de
rector y su implicación, a revisar el programa de cada uno, y a reflexionar
acerca de la universidad que queremos, y la que espectáculos como este
plantean.
A
ESTUDIAR Y LUCHAR POR LA UNIVERSIDAD NACIONAL!
Red Estudiantil
Distrital Revuelta.
Identidad
Estudiantil.
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