Medellín, 10 de
febrero de 2015
Doctor Alberto Uribe
Correa
Rector
Universidad de
Antioquia
Le escribo estas
líneas, no representando a nadie, sino a mí mismo. Pero como usted es el rector
de la Universidad de Antioquia y yo soy uno de sus miles de profesores, lo que
a continuación digo será, sin duda, asimilado al conjunto de protestas silenciosas
o bulliciosas que ha generado su nueva participación, como candidato, en las
elecciones de la rectoría de la universidad por el período 2015-2018.
Su actitud, en primer
lugar, me genera rechazo y me produce una profunda fatiga y una inevitable
sensación de impotencia. Con su deseo de querer perpetuarse en el poder, veo un
comportamiento inapropiado que ha sido constante en la vida política colombiana
y latinoamericana desde que estas naciones existen. Con su actitud, aparece una
vez más la evidente presencia de una pesada y fantasmal maquinaria política que
lo ha respaldado y quizás lo instalará nuevamente en el cargo de rector de la
Universidad de Antioquia.
No quiero tocar las
causas que lo han llevado a querer ser por cuarta vez el máximo dirigente de
nuestra institución. Solo quiero manifestarle algunas consideraciones, más
personales que otra cosa, para que, al menos en la soledad de su conciencia,
las tenga en cuenta. No piense que su candidatura me ha provocado la impresión
de que usted es un hombre infatigable e invencible y digno de admiración. Al
contrario, lo que concluyo de usted es que es un político con suficiente sed de
poder como para que impida que surja el humanista transformador, y no el
científico tecnócrata, que la universidad urge para enfrentar estos difíciles
tiempos actuales.
¿No le basta con
haber dirigido la universidad durante nueve años? ¿No cree que ya es tiempo que
usted descanse y nos permita a nosotros la posibilidad de otra opción? ¿No cree
que la universidad es un espacio comunitario en el que es fundamental que las
nuevas generaciones tomen las riendas de su administración? La universidad es
un ser vivo que quiere sentir que respira nuevos vientos. Pero usted, con su
permanencia en el poder, le niega esa sensata esperanza. Por lo demás, no tengo
nada que reprochar a la vejez, aunque sí creo que los hombres de su edad, en
los ámbitos universitarios, deben retirarse del ruedo en el momento indicado y
dejar que las nuevas generaciones tengan su espacio para intervenir. De
cualquier manera, usted con su actitud no representa la sabia y respetable
vejez, sino el cansancio de lo ya hecho y la continuidad de un sistema en
cierta medida caduco. ¿En verdad no lo asalta por un instante la idea de que ya
es hora de que la universidad cambie de faz y se proyecte al presente con un
rostro más dinámico y una mentalidad más diferente y audaz?
Sin duda usted ha
hecho cosas positivas por la Universidad de Antioquia, pero no soy de aquellos
que andan pregonando las virtudes de los poderes políticos y académicos. Ese es
un papel que nunca me ha correspondido ejecutarlo, ni como profesor, ni como
escritor, ni como intelectual. Más bien, ante las supuestas virtudes del poder
político y académico que usted y los suyos representan, levanto los hombros con
incredulidad. La educación colombiana, la de América Latina y la del mundo de
ahora me despiertan una profunda desconfianza porque ella, entre otras cosas,
se ha entregado sin pudor a las ambiciones voraces de un mundo empresarial que
en vez de aliviar nuestras atmósferas y empujarlas hacia una suerte de
enriquecimiento cognitivo los ha enrumbado hacia una competitividad desoladora
y aplastante.
Pero este no es el
espacio para que entremos en este tipo de discusiones. Yo tan solo me he acomodado
en estas breves líneas para pedirle el favor de que recapacite y tome la sana y
lúcida decisión de retirarse. Trate de descansar un poco, que bien merecido se
lo tiene, y déjenos respirar, aunque sea ilusoriamente, la posibilidad de que
la rectoría albergará a alguien diferente a su nombre, a su apellido y a su
comportamiento político y académico.
Cordialmente,
Pablo Montoya
Campuzano
Escritor
Profesor titular de
literatura
Facultad de
Comunicaciones
Universidad de
Antioquia
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