Es imposible dejar pasar por alto que luego de lograr
como COMUNIDAD UNIVERSITARIA no solo que el profesor Adolfo León Atehortúa
llegara a la rectoría de la universidad, sino que el ambiente de movilización
del semestre pasado luego del vivido en el 2011, fuera uno de los más
concurridos tanto por el estudiantado como por l@s profesores y l@s
trabajadores, logrando por ejemplo la instalación de la MULTIESTAMENTARIA, haya
dejado como resultado una absoluta quietud en nuestro campus.
Nos encontramos frente a lo que podríamos denominar como
una paradoja, pues mientras el país sigue expuesto a las lógicas neoliberales
de sujeción en los derechos sociales a las reglas del mercado, comprando y
vendiendo la dignidad de las personas, privatizando los bienes públicos y
debilitando el papel que tiene el Estado para ser garante de derechos; nuestra
alma mater tiene un aliciente a su
favor, una nueva administración que a
pesar de recibir las riendas de la universidad en una total crisis no solamente
Financiera, sino con un tejido social harapiento y una cultura política
acrítica, ha logrado que el dialogo y la construcción conjunta –como se
demostró en la elaboración de la Hoja de ruta del PDI- sean un elemento
central, así como afianzar el relacionamiento con el consejo de Bogotá,
logrando la aprobación de la emisión y el recaudo de la estampilla pro
Universidad Pedagógica, aun cuando este presupuesto como bien sabemos es
insuficiente; también ha logrado poner
en opinión pública y en opinión del ministerio de educación la grave crisis
estructural a la que nos enfrentamos como educadora de educadores, tarea que
claramente corresponde al nuevo rector y a su equipo de trabajo, pero ¿Qué
papel jugamos nosotr@s como estudiantes en estas demandas?.
A pesar de que la elección de Atehortúa fue por
unanimidad ante el consejo superior universitario –CSU- y que en la consulta popular ganara
obteniendo 1.451 votos por parte de la comunidad, evidenciando la legitimidad
de su candidatura; los aires de alegría como se mencionaban los primeros meses,
ya cuentan con algunas auras de tristeza.
Entre pasillos, horas de almuerzo y espacios académicos, se escucha el
descontento de algunas personas, por problemas que sin lugar a dudas deben ser
solucionados, la falta de presupuesto para una política de bienestar
universitario que garantice los derechos fundamentales de la comunidad
universitaria, de esto subyace los problemas del olvido y el arreglo de la
unidad de salud odontológica que se encuentra dañada, la cual impide la
normalidad en la atención a las necesidades de l@s estudiantes, o como los
implementos de cocina que también se encuentran dañados, por los cuales ya no
se ofrece sopa en el menú; así mismo los problemas de infraestructura y en
aspectos académicos que presenta la universidad, han generado inconvenientes
por ejemplo en la falta de laboratorios
para la facultad de ciencia y tecnología, la desactualización de la
bibliografía de la biblioteca y los escasos apoyos a l@s estudiantes para sus
investigaciones, etc.
Por otro lado, frente al ambiente de pacificación que se
ha vendido de la universidad en los medios de comunicación por medio de las
declaraciones del rector diciendo que la construcción metodológica del foro que
se desarrollara el 29 de octubre apaciguaría los tropeles, puesto que dicha
realización estaría sujeta a una sola condición, que no haya más tropeles en la
universidad; ha dejado totalmente de lado las diferentes respuestas que han generado
los grupos clandestinos, poniendo en contradicción sus palabras para la prensa;
pues no es tan cierto que dicho foro apacigüe los tropeles en nuestra UPN, la
mayoría de los grupos clandestinos frente a su condición y propuesta han
referido que sus acciones violentas no solo se generan por la crisis local que
enfrentamos como Universidad, sino que responden a las problemáticas
estructurales que vive el país, y que aun cuando aplauden la realización del
foro del 29 como un espacio de dialogo conjunto, es preocupante que la nueva
administración venda la idea de que es más fácil acabar con los tropeles que
con el microtrafico en nuestra alma mater. ¿Pero acaso la consigna de la
alegría ya viene, se entendió como Adolfo el mesías que convierte el agua en vino?
Es terriblemente contradictorio que la misma comunidad
universitaria que nos movilizamos, participamos en asambleas, votamos y nos
alegramos por este logro, permitamos que se siga construyendo un ambiente de
mesías, de Adolfo el salvador que vino a cambiarnos todos los problemas, como
si no supiéramos que el gran inconveniente se origina por la falta de
presupuesto con la que cuentan las universidades estatales, que la disputa no
se tiene que pensar solamente en relación local, sino que nos enfrentamos a una
nueva reforma educativa que lleva por nombre “Acuerdo por lo Superior 2034”,
que lejos de ser una nueva propuesta que recoja los acumulados discutidos de la
MANE, los niega, pues este “Acuerdo” no acuerdo se basa en los mismos
postulados de lo que fue la reforma a la ley 30, aumentando el déficit de 12. 5
Billones de pesos de las 32 universidades públicas, agenciando la cartera morosa del ICETEX que
tiene endeudados a los estudiantes de las universidades privadas, así como no
resuelve de manera eficaz los problemas de contratación docente en la IES,
entre un sin número de elementos que ponen a la educación superior como un
servicio y no un derecho, proyectándonos como un país de obrer@s capacitados
para el trabajo de mano de obra barata.
En ese sentido tendríamos que preguntarnos ¿en dónde
quedaron las jornadas de ponte la 10 por la universidad?, ¿en donde quedo la
disposición como ESTUDIANTES para darle desarrollo a los Consejos Estudiantiles
o a la Movilización en contra de las arbitrariedades y descaros que sigue
haciendo el Gobierno, el sector privado y la ultra derecha?, o ¿Qué tantas
garantías representa el rector para esta movilización que necesitamos?, como UPN tenemos un enorme reto que afrontar,
pues somos la Educadora de Educadores, los y las futuras docentes que tenemos
la responsabilidad de luchar por una educación pública, gratuita y de calidad
que si es posible!.
Fanzine La caja de Pandora, colectiva libertad.
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CONVOCATORIA A LA INTELECTUALIDAD COLOMBIANA
Asunto: LA ESTRATEGIA DE LAS LUCIÉRNAGAS Ó LAS LUCES PARA SALVAR A COLOMBIA.
INTRODUCCIÓN:
Según una leyenda china, un súbdito del reino es sentenciado a muerte, el rey, en un acto de “magnificencia” opta por darle una oportunidad al reo, y, en una bolsa opaca, ante todo el mundo, coloca dos esferitas negras y una esferita blanca y le dice: si Ud. saca la blanca, será perdonado, si saca una negra, será condenado. El rey da media vuelta y le cambia la esferita blanca por otra negra (no hay salvación). El reo percibe la perfidia del rey, mete la mano a la bolsa, saca una esferita, se la traga y le dice al rey : “si allá quedaron dos esferitas negras, yo saqué la blanca”………….
Moraleja: En toda causa perdida, siempre hay una estrategia de salvación.
El Libertador Simón Bolívar, en carta al Gran General de Ayacucho Antonio José de Sucre, le decía: “Quiero que Ud. sea el Vicepresidente general de la Gran Colombia. Si Ud. rehúsa, yo también lo haré, y todo perecerá en medio de una confusión espantosa” (1) . A la muerte del Libertador, esta premonición se cumplió al pie de la letra: la Gran Colombia se fragmentó en cinco países, Colombia cayó en manos de una élite gobernante que desde entonces hasta nuestros días, ha utilizado el poder para incrementar y defender a perpetuidad sus privilegios a expensas de la explotación y pauperización del pueblo. Cada familia de esta casta se ha creído digna merecedora del poder, y esta concepción desató en el siglo XIX una serie de guerras civiles (once en total). La última en la que participó directamente la aristocracia criolla, fue en la Guerra de los Mil Días. Los bandos opuestos de esta contienda se dieron cuenta que los intereses y principios eran los mismos y dejaron de pelear entre sí, y en su lugar adiestraron al pueblo en el fanatismo, el sectarismo y la intolerancia, para defender los intereses de sus respectivos bandos .Esta nueva concepción condujo a la violencia más cruel y desalmada que se haya visto en Colombia, con un saldo de 30.000 muertos anuales en promedio (desde 1.947 hasta nuestros días). La violencia estatal constituye una de las constantes de nuestra historia de vida republicana.
La premonición del Libertador no se queda ahí, porque: no tener un lugar en el mundo donde vivir con dignidad es estar propenso a desaparecer en medio de la confusión espantosa; y, esta tragedia es la historia de 32 millones de colombianos, de los cuales, 6 millones de desplazados, fueron desterrados de sus tierras y condenados a vivir en condiciones infrahumanas en los tugurios de las ciudades; 4 millones de exiliados en el exterior en busca de medios para subsistir; los 22 millones de personas restantes no poseen los recursos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas (alimento, educación, salud y vivienda).
1 : I. Liévano, Ed. Grijalbo, p. 568, 2.010.
PARA VER MÁS, VAMOS A: http://www.monografias.com/trabajos101/convocatoria-intelectualidad-colombiana/convocatoria-intelectualidad-colombiana.shtml
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