Por: Universidad Pública Resiste
“La
realidad es dura… pero es más triste no hacer nada para cambiarla.
La
reivindicación es eterna organízate y lucha”
Saludos;
si, te hablamos a ti: estudiante, maestro, trabajador o cualquiera que pese a
las trabas que esta institución pone en las porterías, ha podido ingresar a
estos muros y rejas, que tienen tanto de espacio de conocimiento como de
escenario de lucha.
Nos
dirigimos a ti, para darte la bienvenida a este espacio, que es tanto tuyo,
como nuestro y como de todos aquellos que se lo han disputado a la
institucionalidad. Queremos usar estas cortas líneas para entablar un diálogo,
pospuesto quizá por el afán que produce el primer semestre, o por el estrés que
causa el último; o cualquier otra situación que ha impedido que nos sentemos a
hablar de lo que hoy acaece en el país, en la educación y en la universidad
pública; como en la que hoy te encuentras.
En
primer lugar, como colombianos nos enfrentamos al segundo período de gobierno,
de una colectividad de individuos, que por un lado dicen abanderar la paz y el
fin del conflicto armado; mientras que por otro, ordenan aumentar el pie de
fuerza y decretan jornadas de reclutamiento, de las cuales somos víctimas miles
de jóvenes, que como sabemos, antes que ir enfrentar a quienes hoy se sientan
en la mesa, seremos enviados a defender los intereses que ese mismo gobierno
entregó y/o concesionó a los privados.
Es esta
misma colectividad opresora y solapada, la que acaba de presentar un nuevo
proyecto de política pública de educación superior, del cual se habla más de lo
que se conoce o se ha estudiado, (siendo esto último responsabilidad inmediata
no solo del estudiantado crítico, sino también de todo aquel que encuentre en
la educación, el primer paso para lograr los cambios estructurales que el país
necesita).
Seguido
a esto, se hace evidente que el déficit presupuestal y los problemas éticos y
estructurales de la universidad, se agrandan al mismo ritmo que las grietas en
sus edificios; además de que se profundiza cada vez más en un modelo de
educación para el capital, en lugar de uno para la transformación. Lo cierto
es, que este escenario hostil y desesperanzador no nos es ajeno ni en la ciudad
y mucho menos en nuestra sede. La cual en los últimos semestres ha decidido
hacer una cuantiosa inversión en la remodelación de su infraestructura, sí es
que se le puede llamar así, al hecho de agrandar las rejas y alambrar, cual
campo de concentración, la barrera que nos separa de aquella sociedad que
reclama una universidad a su servicio.
También
resulta curioso que sea la misma universidad, en la que se caen los techos, la
que invierte en más y más cámaras para controlar la vida del estudiantado y la
que adelanta construcciones que hoy por hoy, nos tienen sin lugares donde comer
un buen almuerzo, por un precio justo y razonable.
Son
estas y otras problemáticas las que nos han llevado a nosotros, estudiantes
comunes (de esos que viajan en bus, que
se matan por sacar más de 3.0 en una
materia difícil, de esos que venden cigarros y chicles pa' sacar las copias,
los mismos que disfrutan de una cerveza, pero que también se enfurecen con la
idea de que alguien se vaya a dormir sin comida ese día) a asumirnos rebeldes y
transformadores.
Somos
esos estudiantes: los que hemos asumido una posición crítica de nuestro
entorno, los que entendemos nuestro importante papel en la historia, que
somos todo menos vagos; los que queremos
untarnos de pueblo y dejarnos transformar por él, somos esos estudiantes que
nos mantendremos en pie para que la U sea pública y finalmente, somos esos
estudiantes, los que hoy te decimos, a ti, que es tiempo de resistir juntos y
que un mañana más digno si es posible.
A Estudia, Luchar y
Transformar
Agosto
2014
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Pública Resiste
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