Congreso
de los Pueblos
El paro
agrario de abril y mayo de 2014 conquistó, con la fuerza movilizada alrededor
de la Cumbre Agraria, una contundente victoria al obligar al gobierno de Juan
Manuel Santos a debatir en una Mesa Única Nacional de Negociación los problemas
más acuciantes del país: tierras, minería, energía, paz, derechos, relación
campo-ciudad. El acuerdo alcanzado logra abrir desde el movimiento popular una
agenda de gran alcance para transformar parte de la política pública que afecta
la calidad de vida de las mayorías nacionales. Sin embargo, el Paro y la Mesa
son apenas un pequeño paso en el largo camino de lucha por la dignificación de
la vida, la recuperación de la soberanía nacional y la paz con justicia social.
Camino que se configura como un fuerte pulso que debe estar acompañado con
nuevas y masivas movilizaciones.
Los
avances organizativos y políticos logrados en los últimos tres años de lucha
social y política dan cuenta de una tendencia de ascenso del movimiento popular
y de significativos pasos en la unidad que es imperioso reafirmar y consolidar.
La Cumbre Agraria, la Mane, el Foro Urbano Alternativo, los Encuentros de
Unidad Popular, los acuerdos electorales del Polo y la UP, Clamor Social por la
Paz, la Coordinación de movimientos sociales y políticos de Colombia, entre
muchos otros escenarios, van marcando una ruta de trabajo estratégica: la
unidad del pueblo es condición para la victoria y condición sin igual para el
logro de transformaciones sociales y políticas. Estos avances en la unidad son
un bien preciado que hay que cuidar, evitando convertirlo en botín electoral y
salvaguardándolo de manipulaciones y chantajes de parte de los poderes
establecidos.
La
presente contienda electoral, en su segunda vuelta, expresa con claridad la
disputa dentro del bloque dominante entre una fracción violenta,
narcoparamilitar, ligada a las visiones más autoritarias de la sociedad y otra
fracción que se muestra como modernizante, dialogante pero a la vez
propiciadora del despojo y la
desigualdad. La iniciativa de paz del gobierno Santos, que parece ser el factor
decisivo para ganar la disputa electoral
en la segunda vuelta, es totalmente insuficiente, excluyente y reafirma el
actual modelo de empobrecimiento de las mayorías del país. El Congreso de los
Pueblos y cientos de expresiones sociales hemos sido contundentes al manifestar
que las actuales propuestas de paz del gobierno no son el camino para lograr
una genuina solución política del conflicto, ya que no permite el avance hacia
un real estado de paz con justicia social, donde los conflictos no se resuelvan
mediante la violencia.
Los dos
sectores políticos que se disputan hoy la presidencia coinciden al defender
políticas de saqueo, violencia y exclusión, aunque reconocemos que Zuluaga y su
jefe político representan un proyecto de profundización abierta del terrorismo
de Estado, la guerra, la violación de derechos humanos y la persecución al
movimiento popular en Colombia y América Latina. En esa perspectiva los
próximos 4 años serán de una fuerte lucha social y política en oposición al
gobierno, independiente de quién resulte victorioso el 15 de junio. En ese
orden, seguiremos persistiendo en la necesidad de defender la autonomía del
campo popular frente a los partidos tradicionales, el capital y el gobierno
nacional.
Las
próximas luchas también exigen afianzar la construcción de poder popular: hacer
vivos los mandatos de nuestros congresos temáticos, ampliar la capacidad de
movilización, ordenar nuestros territorios, construir nuestros planes de vida, avanzar
en la unidad latinoamericana. Poder Popular es la fuerza que construye un país
para la vida digna.
Vocería
del Congreso de los Pueblos en la Cumbre Agraria
27 de
Mayo de 2014
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Congreso
de los Pueblos
Propuesta
de país para una vida digna
Comisión
de Comunicaciones
E-mail:
comunicaciones@congresodelospueblos.org
www.congresodelospueblos.org
Colombia.
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