En el
segundo semestre del año 2010, la Administración Municipal, llevó a cabo un
proyecto conjunto con el Grupo de Investigación Estudios Biosociales del Cuerpo
(Giebscuerpo), liderado por la docente y
antropóloga forense Timisay Monsalve, el cual hace parte del Centro de
investigaciones sociales y humanas, de la facultad de ciencias sociales y
humanas de la Universidad de Antioquia. El proyecto consistía en hacer una
búsqueda real de las personas desaparecidas de Medellín y se haría una prueba
piloto en la Comuna 13 de la ciudad.
AnálisisUrbano
pudo conocer que el equipo que llevó a cabo la investigación estaba conformado
por personas profesionales y en formación reconocidos por su seriedad y
rigurosidad investigativa, empezando por la misma Timisay Monsalve, el profesor
Jaime Nieto y El periodista y columnista de Semana.com, Juan Diego Restrepo,
quienes también hicieron su aporte en el proyecto.
Lo que
causa inquietud es que una vez entregados los resultados de lo que fue la
prueba piloto, éstos causaron molestias la Administración. La conclusión, en
resumen, decía que el resultado obtenido era apenas la punta del iceberg del
drama real acontecido en la zona y daba luces de que la desaparición forzada
era una práctica de Estado.
Lo
cierto es que la publicación fue negada y el argumento básicamente fue que era
un trabajo mediocre.
Una vez
se supo que la investigación estaba finalizada, varias personas se acercaron a
la Unidad Permanente de Derechos Humanos de la personería de Medellín, y se
entrevistaron con quien entonces era el encargado del área de desaparición
Forzada, Jaime Carrión, para solicitar los resultados; pero el funcionario en
su momento dijo que esa no se podía hacer pública por que no era buena y estaba
mal hecha, que era pésima la investigación.
Pésima
o no, lo concreto es que a todos los investigadores se les pagó por su trabajo,
y en los proyectos que conllevan una contratación estatal no se desembolsan
dineros hasta no entregar todos los productos y firmar un “recibido a
conformidad”.
AnalisisUrbano
se pregunta qué pasó acá, por qué no podemos conocer una investigación que fue
realizada con dineros públicos. Por qué la pagaron si no estaban conformes.
Tampoco nos explicamos por qué los investigadores fueron obligados a firmar una
cláusula de reserva desde el inicio de la investigación si se suponía que el
fin de la misma era ser publicada.
Acá
sólo dos escenarios son posibles: o los responsables de la Administración que
debían validar los resultados no le
leyeron, es decir, no hicieron el trabajo por el que les pagaban; o se censuró
la investigación porque no está bien visto que la Universidad de Antioquia (que
carga el peso de ser la voz de la academia) diga que la Desaparición forzada es
una práctica estatal, especialmente cuando es el Estado quien paga para que se
hable mal de él.
AnalisisUrbano,
en su labor investigativa, intentará acceder a los resultados de la misma
porque buena o mala, lo cierto es que algo no huele bien, además, es obligatorio
que se dé a conocer porque fue un proyecto financiado con recursos públicos y
no privados.
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