(Texto
del Profesor Carlos Medina Gallego)
A veces
resulta oportuno preguntarse por aquello que a fuerza de costumbre y
repetición, creemos saber pero que no logramos elaborar como pensamiento
llenándolo de atributos diferenciadores y de sentidos y significados explícitos
que constituyan fundamento de identidad conceptual y teórica desde la cual se
construye una práctica transformadora y pertinente. Ese es el caso del
enunciado de amor eficaz.
El
concepto de amor eficaz corresponde en la vida de Camilo a un momento esencial
de sus contradicciones personales e institucionales, hace parte de sus
trasformaciones políticas y de sus procesos de re-conceptualización del
universo de sentido y de prácticas en las que estaba inmerso. La construcción
del concepto, por parte de Camilo, lo que enseña es que es en esa denominación
de su compromiso donde se produce, su única y fundamental revolución, su
ruptura con un orden de dominación y de sentido en el cual se había formado,
hacia parte y del cual se debía “desprender” en su condición de sacerdote, para
asumirse en su condición de dirigente político.
El amor
eficaz marca el paso del sacerdocio a la militancia política, del compromiso
religioso, al compromiso social y político, de las ataduras institucionales y
el sometimiento al ejercicio de la libertad y la asunción de una práctica
humanística que está más allá de todas las valoraciones morales de la
institución de la iglesia católica en una responsabilidad ineludible asumida
por voluntad propia de unirse a las clases populares y luchar con ellas por los
cambios estructurales del país.
El amor
eficaz es la forma política que adquiere el amor al prójimo en el discurso y la
práctica liberadora de Camilo, constituye el fundamento de su revolución
personal, es el paso de la solución de la necesidad por la vía de la caridad a
el compromiso político y solidario para reivindicar la necesidad como agenda de
lucha transformadora, subversiva y revolucionaria. De ahí que el enunciado se
llene de sentido en el principio primero de los cambios que deben emprenderse,
el de nuestros propios imaginarios y compromisos de vida. La revolución
aconteció en Camilo antes de ser militante en el paso irreversible del amor al
prójimo, que es un amor de la moral cristiana al amor eficaz que es un amor
construido desde un proyecto ético político de vida.
Pero en
concreto ¿qué es el amor eficaz?… distintas explicaciones pueden darse al
contenido ético y político del término. Cada uno debe llenarlo de
consideraciones de significado, sentido y practica que puede verse reflejado en
el espejo del ejemplo de compromiso de vida de Camilo.
Quiero
pensar, que cuando hablamos de amor eficaz estamos haciendo referencia a un
proceso de transformaciones que se están produciendo en nosotros que nos
conducen a definir las formas y los alcances de nuestro compromiso con el
interés general del bienestar de la sociedad con énfasis en la defensa de los
intereses y derechos de los más humildes y desprotegidos. Que es la primera
revolución en las que nos hemos de ver envueltos y desarrollar hasta alcanzar
la formulación de nuestro proyecto ético y político como dispositivo de vida.
Pero que lo que hemos de hacer, debe estar lejos de todo romanticismo ramplón
capaz de llevarnos a sacrificios innecesarios e inútiles. El mundo de hoy
necesita más dirigentes honestos proyectándose en los escenarios de la política
disputando a las elites tradicionales los lugares que ocupan en el ejercicio
del poder político, que mártires que recordar.
El amor
eficaz constituye un dispositivo de compromiso con nosotros mismos, con nuestro
bienestar y desarrollo, con la necesidad diaria de ser mejores para podernos
dar mejor a los demás. Es el camino en que se estructura un conjunto de
principios que definen una práctica política consecuente que se realiza por
convicción y necesidad propia y que no se inscribe en obligaciones impuestas y
en compromisos heredados. El amor eficaz al primero que convoca es a nuestro
compromiso, a nuestro esfuerzo, a nuestra capacidad cualificada de trabajo, al
ejercicio de nuestras disciplinas de estudio, al mejoramiento significativo y
demostrado de nuestras responsabilidades personales y sociales. Nos convoca a
ser mejores, más íntegros, más humanos.
El amor
eficaz nos convoca, como Camilo, a ubicarnos como sujetos sociales, a entendernos
en el contexto social en el que se determinan nuestras posibilidades y
limitaciones, a vernos en relación con los demás, a ubicar nuestra propia
agenda de necesidades de vida, porque no somos dioses carentes de toda
necesidad y no podemos ser carga para nadie. Hacemos parte de un grupo social y
ese grupo social comparte con nosotros sus preocupaciones de vida, sus
incertidumbres y angustias. En concretó hacemos parte de un grupo social, de un
sector o de una clase que se identifica en relación con sus posibilidades de
vida digna y con particulares expectativas de futuro.
El amor
eficaz también nos convoca, como a Camilo, a ubicarnos como sujetos de derecho
que debemos reconocer y exigir. La lucha por el derecho a la vida, la vivienda,
la alimentación, los servicios públicos, la salud, la educación, el trabajo, la
cultura, el medio ambiente, el agua, la diversidad, la participación, la
justicia, la recreación…no es la lucha de los demás, es nuestra propia lucha,
que debemos hacer efectiva en unida de propósito con los demás. No somos
cruzados reivindicando en la lucha contra el establecimiento los derechos de
los otros, no estamos en el ejercicio colectivo de hacer efectivos nuestros
derechos que son iguales a los de los otros. Somos ciudadanos reivindicando
colectivamente nuestros propios derechos. Somos seres humanos demandando el
ejercicio pleno de nuestros derechos. El altruismo se da cuando vivimos fuera
de la necesidad y nosotros no estamos en ese lugar, por eso nuestra lucha no es
altruista, se fundamenta en nuestras propias necesidades, es el ejercicio del
compromiso con nosotros mismos en cuanto que nosotros mismos somos la
comunidad, somos en su conjunto la sociedad real.
El amor
eficaz también nos convoca, como a Camilo, a desempeñarnos como sujetos
políticos, entendiendo la política en la más elemental y amplia de las
acepciones: el conjunto de ideas y acciones a través de las cuales buscamos
acceder al ejercicio del poder político para hacer efectiva la construcción del
bien común en el camino de la utopía de la felicidad humana. Es en la lucha
política en donde se definen nuestra condición social y se garantiza el
ejercicio de nuestros derechos; de ahí, la naturaleza política del amor eficaz
en la asignación que da Camilo al termino en el universo de sus definiciones y
decisiones personales.
Digamos
que el amor eficaz se construye como un proyecto ético y político que define
como propósito esencial la transformación permanente de la naturaleza humana
del lado de la construcción del bienestar general de la sociedad, en una
experiencia de vida que se desarrolla y consolida a través de un compromiso
transformador de nuestra existencia personal y social.
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