Mañana
sábado 22 de febrero organizaciones juveniles del barrio Diana Turbay, en
Rafael Uribe Uribe, al sur de Bogotá, inaugurarán la Casa de la Cultura para la
Convivencia Pacífica. Arte y cultura como alternativa a la violencia.
El
Barrio Diana Turbay de Bogotá, según documentó el Fondo de Seguridad y
Vigilancia (FVS), es una de las zonas críticas que suma las distintas
tipologías de riesgo: consumo y comercio de alcohol y sustancias psicoactivas;
servicios de alto impacto social y urbanístico como whiskerías, residencias,
casas de prostitución; hurto a residencias y vehículos; contaminación visual y
auditiva y homicidios. Contra estos flagelos se vienen organizando los y las
jóvenes, con la idea de combatir una cultura que en muchos casos sólo les
ofrece como alternativa integrarse a las Bandas Criminales (Bacrim), o ser
amenazados por las "batidas ilegales" promovidas por las Fuerzas
Armadas en la localidad.
La Casa
de la Cultura para la Convivencia Pacífica es resultado de una iniciativa
liderada por el Tejido Popular, un proceso que nace con la intención de
organizar el barrio a través del arte y la cultura. Esta idea surgió en agosto
de 2012, cuando colectivos juveniles empezaron a pensar el barrio vinculado al
rol de los medios de comunicación, la política, la economía alternativa o el
arte. En ese contexto se realizó, en las inmediaciones del barrio, el Festival
Internacional de Teatro y Arte Popular (ENTEPOLA). Después del evento, varias
de las organizaciones asistentes decidieron articularse e iniciar el proyecto.
La
iniciativa tiene sus antecedentes. El Tejido Popular participó, en 2013, de una
convocatoria promovida por la Secretaría de Gobierno y la ONG KFW que
patrocinaron cuatro casas de este tipo en Bogotá. Como resultado de esa
iniciativa se impulsaron espacios para la cultura popular en Danubio Azul,
localidad de Usme; en Arabia, localidad de Ciudad Bolívar; en Los Libertadores, San Cristóbal; y esta
última en el barrio Diana Turbay. Estas Casas reciben el nombre institucional
de “Casas de la Cultura para la Convivencia Pacífica”; sin embargo, los jóvenes
prefieren llamarlas simplemente "Casas de la Cultura Popular".
Dificultades
superadas, proyecciones a futuro
Construir
el proyecto fue un arduo trabajo. Desde cada una de sus experiencias, las y los
jóvenes crearon los componentes en cine, música, teatro, artes plásticas,
derechos humanos, fotografía y comunicaciones. Finalmente entregaron el
proyecto, pero tuvieron la dificultad que presentan muchas de las
organizaciones juveniles para esos casos: no contaban con personería jurídica,
por lo que debieron buscarla en otros espacios comunitarios para cubrir este
requerimiento. Entonces lograron que la Corporación de Apoyo a la Sociedad (ASAC),
que coordina el funcionamiento de algunos comedores comunitarios en la
localidad, se uniera a la iniciativa y los respaldara legalmente.
Pero
más allá de las dificultades, la Casa ya tiene sus proyecciones a futuro. El
Tejido Popular impulsó, dentro del proyecto, la financiación de una
carpa-circo. Este escenario tiene la intención de convertir a la Casa en un espacio itinerante que llegue a
diferentes lugares de la comunidad. La carpa buscará tener un uso no sólo para
representaciones circenses, sino abrirse también al teatro, la música e incluso
cobijar una plaza de mercado popular. La intención, según explican los
organizadores, es "fortalecer los espacios de encuentro cultural de la
comunidad".
Como
parte de las proyecciones a futuro se incluye también la realización de un
Festival Audiovisual y de distintos talleres de formación en artes. Su
objetivo, explican los jóvenes, es que "la comunidad se empodere de este
espacio, lo disfrute y se capacite con los talleres que se brindan, que se
apropien del espacio y continúen con el proyecto".
Distintos
colectivos participan del Tejido Popular: la organización de jóvenes que hacen
circo Hipérbole; el grupo de teatro sala Epsilon; El Semillero de Derechos
Humanos; el colectivo de teatro callejero y arte urbano Nómadas Teatro; y el
grupo de música andina Werken Yafu – Mensajeros de Resistencia (mapuche). Los
cuatro últimos conforman la organización Corponírico Epsilon. También hacen
parte del Tejido el colectivo de percusión juvenil Murga los Mugrosos; el
colectivo dedicado al acondicionamiento físico Activity Body; las
organizaciones que realizan circo Club Juvenil y Colectivo Opalas; y como
apoyo, la organización musical
Contravía, que colabora con el sonido y el estudio de grabación.
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