Hemos
querido hacer un homenaje a nuestros colegas y compañeros: Hernán Henao
Delgado, Luís Fernando Vélez, Carlos Bedoya y Luís Giraldo Builes, quienes
fueron asesinados en medio del terror, por haber entendido que el conocimiento
por el conocimiento no sirve de nada, por haber entendido que el conocimiento
sólo sirve si transforma, y haber entendido que sólo la acción lleva a la
transformación.
Ellos
fueron capaces de poner su práctica académica al servicio de la gente; lo que
hoy muchos de nosotros hemos olvidado, y eso les costó la vida.
La
intención de la actividad, como ya se ha podido deducir, es hacer un ejercicio
de memoria. Pero no queremos simplemente recordar, sino llamar a revivir; a
revivir el compromiso con una sociedad que pide a gritos académicos movidos por
los intereses colectivos de los pueblos y no por los intereses empresariales
y/o neoliberales, antropólogos que sean capaces de oponerse a este modelo de
desarrollo económico centrado en la acumulación de ganancias y no en el
bienestar de todos. Pero oponerse desde la acción y no simplemente desde la
crítica académica.
Estas
son sus historias:
Hernán
Henao fue un Antropólogo egresado de la Universidad Nacional sede Bogotá,
durante sus últimos 20 años se dedicó a la investigación social, especialmente
en lo que tiene que ver con la violencia, los desplazados, los derechos humanos
y el desarrollo urbano del país.
En esa
ocasión, el entonces rector de la Universidad Jaime Restrepo Cuartas, destacó
que “el doctor Hernán Henao Delgado no era un defensor de los derechos humanos
en el sentido político que se ha dado a esa connotación. Era un investigador de
las regiones, un buscador de caminos sólidos para conducir el proceso de
regionalización de la Universidad”.
Hernán,
fue asesinado por tres personas; un testimonio afirma lo siguiente: “La mujer
nos obligó a tirarnos en el piso, mientras que los dos hombres se llevaron al
director hasta la sala de espera y le dispararon. Como si nada hubiera pasado
las tres personas abandonaron el sitio”. Pasados varios minutos, los profesores
e investigadores del Iner que se encontraban en la sala de reuniones de esta
oficina, se dirigieron al sitio donde había sido abaleado Hernán Henao Delgado,
y lo encontraron aún con vida, pero falleció mientras era trasladado a la
Policlínica Municipal.
Hasta
el momento el crimen sigue en la impunidad.
Luis
Fernando Vélez Vélez abogado y Antropólogo, activista de derechos humanos,
llevaba 20 años vinculado a la universidad de Antioquia; cuando el 17 de
diciembre de1987, fue asesinado de dos tiros, al interior de su propio
vehículo, a la altura del kilómetro 1 de la carretera que desde Medellín
conduce hacia San Pedro.
Carlos
López Bedoya licenciando en Antropología de la Universidad de Antioquia, se
vinculó al departamento de esta disciplina como asesor de trabajos de grados y
docente de los cursos de Teoría de la Cultura, Etnología II y Problemas
Rurales; cargos desempeñados por más de 10 años.
Fue
asesinado el 3 de agosto de 1987 en una heladería frente a la Universidad, el
crimen fue perpetrado por dos sicarios que huyeron en una moto.
Luis
Giraldo Builes, estudiante de Antropología en la época de los 70, donde el
compromiso y la militancia eran la regla. Sus prácticas entre los indígenas
fueron forjando su temple, pues conoció la realidad de un país en donde
diferencia cultural quiere decir desigualdad económica y miseria. Participó del
movimiento estudiantil que decantó en las masivas movilizaciones de 1974,
Entendió por medio de esto la necesidad del vínculo entre los intelectuales y
la clase obrera. En el año de 1983 fue asesinado brutalmente por fuerzas
policiales. Fue asesinado en el barrio Aranjuez (calle 93 no.49-16), fue
torturado luego, atado de manos y pies al poste y sin ningún escudo más que sus
ideas de transformación, su cuerpo fue dinamitado, quedando sus tejidos
esparcidos por todos los copos de los árboles del parque de Aranjuez.
Para
todos ellos ni una lagrima porque nunca los pudieron callar, siguen acá,
magullaron, torturaron y extinguieron sus cuerpos pero su ejemplo, su entrega,
su compromiso y sus ideales sobreviven por que como reza el dicho podrán
arrancar todas las flores pero nunca acabaran la primavera.
“No
son sólo memoria, son vida nueva, son camino que empieza y que nos llama”
Mario
Benedetti
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