jueves, 12 de septiembre de 2013

Una vez más apoyemos la lucha de las trabajadoras de la Universidad Nacional

Desde la madrugada del pasado martes 27 de agosto y tras un mes de agitación laboral, un importante sector de las trabajadoras de planta de la Universidad Nacional sede Bogotá (luego secundada por la sede Palmira), de todas las facultades y divisiones administrativas se han vuelto a declarar en Asamblea Permanente, entrado en cese laboral y bloqueando la inmensa mayoría de edificios y dependencias del campus central. Este movimiento, el tercero de este tipo organizado por las trabajadoras de la universidad en menos de año y medio, es hijo directo del paro de dos semanas del segundo semestre de 2012 y la paralización de mes y medio del primer semestre de 2013 [2], fruto como ellos de la deuda histórica de la Universidad con sus trabajadoras y resultado específico del incumplimiento de la ilegitima rectoría de Ignacio Mantilla a los acuerdos previos.
La Asamblea Permanente con cese laboral, de nuevo organizada por el Comité Pro Mejora Salarial a su vez impulsado por el Sindicato Mixto de Trabajadores de las Universidades Públicas Nacionales SINTRAUNAL, el sindicato mayoritario de las sedes en conflicto, así como por trabajadoras independientes y no organizadas, se ha declarado en espacios asamblearios legítimos de las propias obreras universitarias, con base a 4 justas razones puntuales: 1) La exigencia de que la Universidad se comprometa a liderar el pedido de aumento salarial ante el Ministerio de Hacienda, 2) La devolución de los 126 cargos de libre nombramiento y remoción que la Universidad ha venido tercerizando desde los años 80 en desmedro de la carrera administrativa, y que hasta hace poco, eran responsabilidad de un rector dotado de desproporcionados poderes en términos de contratación, 3) El retorno de las trabajadoras afectadas por traslados arbitrarios como resultado del movimiento del semestre pasado, a sus anteriores puestos de trabajo y 4) las garantías de las autoridades universitarias de que no tomarán represalias contra las participantes del movimiento y así buscar detener las constantes amenazas provenientes de la administración.
Esta coyuntura que las trabajadoras universitarias han instalado en la agenda política por la fuerza de su movilización, se da en medio de la apertura de un periodo de negociación sindical en las universidades públicas fruto de la derogación de las leyes laborales más restrictivas en el sector estatal y la propuesta de un pliego nacional estatal, que llevó a las trabajadoras de la Universidad del Valle a un cese análogo de labores el semestre pasado. El movimiento de las trabajadoras de la Nacional, que tiene comparativamente una de las escalas salariales más bajas de las instituciones estatales y que viene aumentando su productividad desde hace años sin recibir un aumento de la base real de su salario desde hace 17 años, también es expresión de la crisis general de la Educación Superior pública a nivel nacional, acosada por la des-financiación, la privatización y la precariedad laboral, problemas comunes que afectan a toda la comunidad universitaria y en particular a la Universidad Nacional, donde la crisis presupuestal y de infraestructura llega a niveles críticos. En paralelo, su demanda se desenvuelve en los momentos en los que el país profundiza el ciclo de protestas sociales de 2011-2012, los paros agrarios de 2013 cuestionan fuertemente el modelo neoliberal y el movimiento sindical vive una reactivación, en medio del liderazgo de las trabajadoras de la educación y su propuesta de construcción de un gran sindicato de industria que agrupe a las trabajadoras y profesoras del sector educativo público y privado desde todos los niveles.
La respuesta de la cuestionada administración Mantilla, sostenida por un Consejo Superior Universitario direccionado por el Presidente de la República y legitimada por un sector derechizado, lamentablemente creciente y radicalizado, del profesorado de las facultades más gobiernistas como Ciencias, bastión de Mantilla donde por la presencia de laboratorios hay importantes números de trabajadoras y no es fuerte la organización estudiantil; no ha sido otra que la negativa a entablar negociaciones, y el desarrollo de una estrategia intencionada que complementa la desinformación hacia la Comunidad Universitaria, con campañas de terror para que las trabajadoras no vinculadas se alejen del movimiento y las participantes se vean amenazas por la judicialización y la intervención policial. En su estrategia de desgaste y aislamiento del movimiento, la administración ha recurrido a acciones grandilocuentes como la falsas acusaciones de secuestro de las vigilantes subcontratadas, el retiro de las puertas de las entradas y algunas edificaciones del campus, y la costosa cancelación de los exámenes de admisión del actual semestre para la Universidad, en este último punto, contradiciendo el compromiso estricto de las trabajadoras con su realización y la tranquila experiencia del semestre pasado cuando los exámenes se presentaron en completa calma en medio de una coyuntura análoga de conflicto.
Ante este panorama creemos que las estudiantes debemos apoyar una vez más lucha de las trabajadoras, levantando las banderas de unidad obrera, estudiantil y popular que siempre hemos impulsado desde nuestro grupo. De esta forma debemos contribuir a quebrar la estrategia de la administración rodeando de solidaridad a las trabajadoras y presionando a la administración junto con las profesoras progresistas por una solución rápida de las justas demandas obreras; propender por un campus abierto, deliberativo y militante en donde las trabajadoras encuentren eco de sus demandas y las estudiantes profundicemos  nuestra organización y comprensión de los problemas generales de la educación y el país; profundizar la unidad triestamentaria en todos los niveles y apropiarnos de las demandas de participación de las trabajadoras en el gobierno universitario, la defensa de los salarios dignos y los puestos de trabajo; al tiempo que sostenemos en nuestros espacios de base, la coordinación y movilización con este movimiento de paralización que ha asumido la forma de una legitima huelga salvaje.
Finalmente y en medio del respeto a la autonomía de las compañeras trabajadoras, debemos resaltar la importancia de la unidad sindical clasista, pues el antagonismo local entre dos organizaciones combativas de importante trayectoria como SINTRAUNAL y SINTRAUNICOL ha debilitado y fragmentado territorialmente al movimiento; la decisivo que es para el movimiento sindical en general y para el universitario en particular, incorporar a sus filas a las trabajadoras más precarizadas definidas por sus contratos temporales, que en la actualidad constituyen la mayoría de las asalariadas del país y cuya aun incompleta vinculación al movimiento obrero ha permitido luchas extraordinarias como las de los corteros de caña en el Valle en 2008 y las trabajadoras petroleras del Meta en 2011; y la siempre importante brega por aumentar la organización de base y la horizontalidad al interior del movimiento, que permitirán el surgimiento de nuevos liderazgos y un mayor protagonismo político de las bases.

Hoy como ayer, arriba la lucha de las trabajadoras de la Universidad Nacional
¡Obreras y estudiantes, unidas y adelante!
Grupo Estudiantil Anarquista GeA
Universidad Nacional

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[1] Usamos el femenino generalizando hacia personas, y no el masculino individuos asociado históricamente solo con los hombres.

[2] Ver nuestro comunicado sobre el movimiento del primer semestre del 2013. Link: http://grupoestudiantilanarquista.wordpress.com/2013/03/14/comunicado-del-grupo-estudiantil-anarquista-gea-en-apoyo-de-la-asamblea-permanente-de-trabajadoras-de-la-universidad-nacional1/

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