COMUNICADO
# 31 - 2013
EL
VICERRECTOR DE SEDE, DIEGO HERNÁNDEZ LOSADA,
UN
ACTOR INCENDIARIO EN ESTE CONFLICTO LABORAL
Desde
que los Trabajadores decidimos dar inicio a una nueva ASAMBLEA PERMANENTE para
exigir de la Dirección de la Universidad Nacional de Colombia la realización de
las gestiones necesarias para que nuestra justa propuesta de ajuste salarial
hiciera el tránsito correspondiente por las instancias del Gobierno Nacional,
así como la devolución de 126 cargos a la carrera administrativa para de esta
manera dar cumplimiento a lo acordado el
pasado 18 de marzo, el Vicerrector de la Sede Bogotá, Diego Hernández Losada,
decidió auto-involucrarse en el conflicto laboral como actor dedicado a
entorpecer e incendiar los ánimos de la comunidad universitaria y de la opinión
pública en contra de los Trabajadores que estamos en Asamblea.
En
efecto, el vicerrector Hernández desde el mismo día de inicio de la ASAMBLEA
PERMANENTE decidió iniciar sus demostraciones de poder haciendo presencia en
nuestra CARPA con un séquito de personas pertenecientes a su cuerpo directivo,
con el ánimo de intimidar a quienes en ese momento se encontraban en este
lugar, tomándoles fotografías y filmándolos para, esa misma noche, dar la orden
de que los vigilantes se encerraran en las Facultades, cerrar la puertas de la
Universidad y hacer entrar la policía para capturar a los Trabajadores y judicializarlos
por “secuestro”. Esta estratagema quedó evidenciada al salir el mismísimo
vicerrector Hernández a declarar a los medios masivos de comunicación,
convocados por él a primera hora de la mañana, que quienes estaban en el Campus
se encontraban “encapuchados”, “con distintivos” y que tenían “secuestrados” a
15 de sus vigilantes. Por supuesto, los Trabajadores nos vimos en la necesidad
de desmentir también públicamente las falaces y tendenciosas aseveraciones del
vicerrector.
No
conforme con esto el vicerrector en un nuevo gesto provocador, decidió
aparecerse nuevamente en la CARPA esta vez con el pleno de su Consejo de Sede,
cuando justamente se desarrollaba una Asamblea General de Trabajadores que
contaba con la presencia de gran número de estudiantes. Esta nueva ronda de
poder del vicerrector tenía como único objetivo amenazarnos con la recuperación
del Campus ordenando la entrada de la fuerza pública, lo que generó la
inmediata reacción de los Estudiantes y Trabajadores allí presentes y, en medio
de una silbatina generalizada, el vicerrector decidió abandonar el Campus
universitario con su séquito de directivos profesores, para salir a decir unas
pocas horas después en los medios de comunicación y a través de comunicados
oficiales que la razón de su visita era “entablar el diálogo” con los
Trabajadores, todo esto a sabiendas de que él no hace parte de la Mesa
Negociadora y que nunca ha sido nombrado como interlocutor entre Trabajadores y
la Administración.
Nada
contento con el fracaso de su nuevo intento por reprimirnos y con la clara
intención de generar terror, decidió seguir amenazando constantemente a los
Trabajadores del Comité Pro-Mejora Salarial con el desalojo, utilizando la
fuerza bruta del Esmad, pero en sus cuentas no estaba que los Trabajadores,
ofendidos por sus agresiones, levantaran la cabeza con dignidad para defender
sus derechos y sus justas exigencias.
Dos
días después, en horas de la madrugada los Trabajadores y Estudiantes que se
encontraban en la CARPA haciendo una ronda de seguridad por el campus, se
encontraron con cuatro personas ajenas a la Institución al interior de la
Facultad de Ciencias Económicas manipulando las chapas con herramientas y otros
instrumentos que les fueron decomisados. Por supuesto, estas personas fueron filmadas
y expulsadas del campus universitario con el acompañamiento del cuerpo de
vigilancia de planta de la Universidad. Creemos que en esta oportunidad, la
posible pretensión del Vicerrector Hernández era dañar chapas y otros bienes de
la Universidad, como un intento más de generar otro de sus falsos positivos
para poder acusar al Movimiento de Trabajadores como una minoría de
“violentos”, “vándalos” y “criminales”, como lo ha hecho ver en distintos
medios de comunicación desde el inicio de nuestra justa Movilización.
Pero no
conforme con todo lo anterior, el vicerrector de la sede Bogotá decide
emprender la siguiente acción provocadora y al día siguiente de este suceso, de
manera arbitraria, desmedida e irresponsable, se le ocurrió quitar las puertas
de las entradas vehiculares de la Universidad y, al parecer, la orden era
quitar otras 132 puertas más de los edificios de todo el Campus; al mismo
tiempo, expidió una comunicación informando a la Comunidad Universitaria de una
supuesta normalidad con el ánimo de generar confrontaciones entre los
estamentos universitarios. Toda la comunidad universitaria que hizo presencia
en el Campus, pudo comprobar una vez más las mentiras del vicerrector porque no
había normalidad pues la ASAMBLEA PERMANENTE de Trabajadores continuaba sin
modificaciones.
Dado
que sus diversas estrategias no funcionaban, el vicerrector Hernández se dedicó
a amenazar a los Trabajadores con judicializarnos, con la apertura de procesos disciplinarios y
con la firma de listas “oficiales” de asistencia, para así tratar de mellar la
voluntad y la moral, y exacerbar el terror entre los Trabajadores para que
desistiéramos de continuar en la lucha por un salario justo, decente y digno.
Por
último, el vicerrector Hernández decidió llamar a una reunión de Profesores
para tratar de ganar consenso con respecto a las medidas represivas que viene
adelantando en contra de los Trabajadores estrategia que, al parecer, no le
salió muy bien pues a pesar de lo que él esperaba, no existe una posición
unánime entre los Profesores a favor de la salida militar a este conflicto.
Aún así, el vicerrector nuevamente le
hace el llamado perentorio a todo el estamento docente para que se presente en
las Facultades, con la posible intención de generar confrontaciones con los
Trabajadores que, en el marco de su ASAMBLEA PERMANENTE, hicieran presencia en
los edificios. Dicha estrategia arrojó como resultado el enfrentamiento entre
Trabajadores y unos pocos Profesores en el Edificio de Química, siendo el único
incidente que se presentó y convirtiéndose en uno más de sus fracasos, pues
Diego Hernández no consiguió la polarización entre la comunidad universitaria
que pretendía. Queda demostrado que con ese tipo de acciones desesperadas, lo
único que ha querido lograr el vicerrector es la ruptura del tejido social al
interior de la Universidad, apostándole, de esta manera, a la vieja estrategia
del “divide y reinarás”, pero su torpeza no le ha permitido fraccionar a la
comunidad universitaria.
Como si
esto no fuera poco, la Dirección de la Universidad decide suspender los grados
en los Auditorios del Campus con el supuesto argumento de que estos espacios
“están en poder de los Trabajadores” lo que, según las directivas, dificultaba
las condiciones de seguridad de los graduandos y sus familias. Esta fue otra
acción malintencionada que pretendía poner a la comunidad universitaria en
contra de los Trabajadores, pero se le convirtió en otra salida torpe porque,
de manera previa, los trabajadores agrupados en el Comité Pro-Mejora Salarial
habíamos informado por diferentes medios de comunicación que los grados jamás
serían entorpecidos por nuestra ASAMBLEA PERMANENTE, toda vez que en nuestros
métodos no está utilizar los eventos que son de importancia para la comunidad
universitaria y sus familias como estrategia de presión para lograr una salida
al conflicto, principio en el que nos diferenciamos radicalmente de la
dirección universitaria.
En
resumen, en este conflicto de índole laboral se auto-involucró un actor –el
vicerrector de la Sede Bogotá, DIEGO HERNÁNDEZ LOSADA– quien con sus medidas ha
pretendido no solo lograr los aplausos y favores del Gobierno para llegar a la
Rectoría, sino perpetrar su venganza personal en contra de aquellos que han
osado sobrepasar los límites de su disciplina militar y autoritaria, o salirse
del redil en el que pretende meter a la comunidad universitaria para que
obedezcan de manera silenciosa y sumisa sus designios.
Los
Trabajadores creemos firmemente que en la Universidad Nacional de Colombia no
puede desaparecer la discusión y la confrontación de las ideas, sino que se
debe propender por la salida negociada a los conflictos cualquiera sea su
naturaleza. Seguimos convencidos de que el actual conflicto laboral tiene la
posibilidad de solucionarse si existe la suficiente voluntad política y que,
definitivamente, a los Trabajadores nunca se nos podrá endilgar el mote de
vándalos o criminales por el hecho de exigirle a las directivas universitarias
que honren sus compromisos y la palabra empeñada, en lo referente al
fortalecimiento de la carrera administrativa universitaria y a la realización
de las gestiones ante el Gobierno para conseguir un justo aumento salarial
luego de 17 años de olvido y de normalidad laboral y académica
Bogotá,
06 de septiembre de 2013
COMITÉ
PRO-MEJORA SALARIAL
Trabajadores
de la Universidad Nacional de Colombia
www.promejoraun.es.tl
comitepromejorasalarialun@gmail.com
3105631228
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