viernes, 2 de agosto de 2013

…Militarización de la Vida Social… Podrá ser una Imposición, pero no es el Camino…

…Militarización de la Vida Social… Podrá ser una Imposición, pero no es el Camino…
“Soldadito de plomo,
no hace falta que tengas que luchar
por un general de madera.”
Cecilia.
Lxs jóvenes de la Colombia de hoy nacimos en medio de la guerra, somos producto de una historia de conflictos y memorias de violencias desde tiempos de la Republica que nuestros viejxs y maestros nos han pasado de voz en voz, pero que cada vez más parecen relegarse al rincón de la amnesia  con cerca de medio de siglo de duración.
Son miles los efectos que ha causado esta historia de guerra y conflictos armado-sociales no resueltos, consecuencias de todo tipo, desde las miles de muertes, torturas, desapariciones, genocidios, masacres, etnocidios, violaciones sexuales;  hasta un efecto quizás más peligroso para la sociedad colombiana y es la existencia hoy de una militarización de la vida y del tejido social,  aquí “ya nada sorprende”, es un acostumbrarse a vivir en la violencia, a no asumirse como conjunto de una sociedad que tiene sus propios conflictos y que debe solucionarlos dialogando concienzudamente como sujetos sociales, sino todo lo contrario nos aborda hoy una suerte  de simplicidad y facilismo para todo, una creencia ciega de que la guerra se soluciona con más guerra, una “obediencia por la obediencia” porque “el que manda, manda, aunque mande mal”, tenemos hoy en su mayoría un “conjunto social” formado de sujetos individuales e indiferentes, con miedo e intimidación que imposibilitan la solidaridad, con una homogenización de pensamiento que estigmatiza al que piensa diferente, de “el que no está conmigo está contra mi” sin importar sus razones y al final en este país “sálvese quien pueda”.
Los y las jóvenes en diferentes espacios y  procesos juveniles en el país hemos dicho que la militarización es uno de los principales problemas que vivimos, y que se expresa de múltiples maneras: presencia armada en nuestros territorio, reclutamiento forzado de jóvenxs para la guerra por parte de grupos legales e ilegales, represión a las movilizaciones y acciones de lucha, señalamiento a las organizaciones sociales, asesinato de líderxs, aumento de problemas sociales (embarazos en jóvenes, drogadicción, robos) en zonas de mayor presencia de fuerza pública, presencia de grupos de limpieza, ejecuciones extrajudiciales, entre otros. Estamos en contra de esta, porque se expresa y evidencia en la cotidianidad de nuestras vidas, por medio de la intención ideológica disimulada que pretende construir un tipo de ser humano obediente, conformista, que no cuestiona, consumista, in-solidario,  un ser humano modelo para la reproducción de las condiciones de desigualdad y de opresión en las que nos encontramos.
Una de las arbitrariedades más frecuentes y destacadas que cometen las fuerzas militares son los reclutamientos militares ilegales denominados “batidas” que se presentan en su mayoría en zonas rurales y en barrios marginales de las ciudades, en las cuales por la falta de claridad en los mecanismos de incorporación no se respeta la dignidad, la libre movilidad e incluso se presentan agresiones contra la integridad personal del joven, por el hecho de no poseer la libreta militar, contrariando el debido proceso establecido por la ley de reclutamiento militar, tal magnitud de ilegalidad reúnen estas llamadas “batidas” o “redadas” que el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de Naciones Unidas las ha declarado como “detenciones arbitrarias”.
Todavía se da la presión social de que el joven por ser hombre debe ir a prestar el servicio militar obligatorio, para que se convierta realmente en un varón, capaz de defenderse en su vida y de defender a la patria como es debido. Muy común es escuchar en esta sociedad machista y militarizada, cuando un niño está muy hiperactivo y  no hace caso, decir, que “va a tocar meterlo a la academia militar” o que la única forma como lo van a corregir es “cuando preste el servicio militar”.
Estas son unas de las causas que han motivado a jóvenes hombres y mujeres a organizarse en grupos que dinamizan procesos sociales en torno a la legitimación de la no prestación del servicio militar obligatorio, con estrategias definidas claramente en cuanto a los acompañamientos jurídicos, políticos y psicosociales, creando y consolidando una base social y un entorno político favorable al proceso de consolidación de los movimientos de objetores(as) y de la objeción de conciencia en Colombia.
Sabemos que la punta de lanza donde nos expresamos en contra de la guerra es la objeción al servicio militar obligatorio, pero en general estamos en contra de cualquier forma y acción que militarice la vida, creemos que tal militarización tiene su expresión más directa en lo armado, pero hay otras acciones que van en contravía de la libertad de conciencia y expresión en nuestro país.
Tras este contexto nuestra apuesta debe estar llamada a  la participación activa de lxs jóvenes, por su expresión en diversas formas organizativas (deportivas, culturales y artísticas), con lo cual se confronta directamente  a una sociedad que genera violencia y exclusión en todos los ámbitos de la vida, además de encontrarnos en la acción y la reflexión que nos lleve a generar propuestas alternativas de una sociedad que rompa con la tradición de violencia a la cual nos obligaron asistir.
Es por esto que este 24 de agosto nos hacemos un llamado para movilizarnos en contra de todas las formas de militarización del tejido social, para esto se propone un encuentro en el cual aportemos en la construcción de un accionar conjunto con base a este tema.

Fecha de construcción: 8 DE AGOSTO
Hora: 3:00 PM
Lugar: entrada al Jardín Botánico.

Contactos:




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