Siendo
sábado 10 de agosto, en el campus central de la Universidad Industrial de
Santander se realizan unas jornadas deportivas de la empresa ATLAS seguridad,
trasnacional de vigilancia privada con gran influencia en el país. Para la
realización esta jornada recreativa hizo ingreso al campus la policía militar
con una banda musical.
Existiendo
muchísimos espacios para realizar jornadas deportivas y de integración laboral,
precisamente la administración de la Universidad en cabeza del ilegítimo rector
Álvaro Ramírez, y la División de Planta Física liderada por el Ingeniero Iván
Rojas, prestan con total confianza y tranquilidad estos espacios para que hasta
el ejército haga presencia.
En una
institución educativa que se asemeja más a un campo de concentración, con
cámaras de vigilancia de más de 10 metros en lugares estratégicos del campus,
policía en las entradas, celaduría privada ligada con el paramilitarismo,
procesos disciplinarios contra estudiantes activistas, y una continua
persecución a las expresiones estudiantiles, este tipo de actos son
intolerables y repudiables, y deberían ser un aliciente para que el sector
estudiantil vuelva a retomar los espacios que han sido quitados por la
cuestionada e irregular administración que ha dirigido la UIS desde el 2007.
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