Ya está
próxima a cumplir dos años una de las experiencias más importantes de las
últimas décadas en los procesos de articulación de los sectores sociales en
Colombia. Estamos hablando de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil –MANE–, gran
conquista del movimiento estudiantil colombiano, y hoy día uno de los
principales ejemplos de unidad ante los demás sectores y movimientos sociales y
populares del país.
Momentos de una historia
Era el
año 2010 cuando nuevamente se daban cita diferentes expresiones organizadas del
estudiantado universitario en la ciudad de Manizales[1]. Luego de algunos años
de intermitencia e incapacidad para avanzar en la articulación de los
estudiantes frente a puntos comunes para disputar una nueva educación, se
renovaba la posibilidad de tejer caminos conjuntos, que no estuviesen
determinados estrictamente por las diversas coyunturas, de carácter
local-regional o nacional.
Fue en
este encuentro en el que se sentaron las primeras bases de lo que en el
transcurso del año 2011 se iría consolidando como MANE y que en medio de la
lucha social y de la confrontación al modelo y a las medidas a implementar por
el gobierno nacional, se convertiría en un ejemplo de la posibilidad de
alcanzar victorias, así fuesen pequeñas.
En el
primer semestre de 2011 se llevó a cabo un nuevo encuentro en la ciudad de
Bogotá, fue a partir de este que se convoca al primer plenario de la MANE,
concibiendo esta como el escenario de articulación del estudiantado a nivel
nacional, pero siendo en su creación, principalmente, la articulación de
algunas de las diversas fuerzas políticas estudiantiles del país,
primordialmente aquellas con alcance nacional.
En
agosto del mismo año se realizó el 1er plenario y allí se construyeron los
elementos del llamado Programa Mínimo de los Estudiantes[2], ejercicio
efectuado también como reivindicación del cumplimiento de los 40 años del
programa mínimo de los estudiantes disputado en 1971 y que tuvo una gran
relevancia en dicho período. Este programa mínimo buscaba ser la fórmula para
definir unos elementos comunes que permitieran dar la pelea contra el gobierno
nacional en pro de una nueva educación pública, autónoma, democrática, crítica,
etc, es decir la construcción programática y el sustento político del proceso.
Todo
esto se había venido realizando propiciado por la posibilidad de que el
gobierno nacional implementara una reforma a la educación superior y a partir
de la voluntad de las organizaciones estudiantiles de aunar esfuerzos en la
lucha del sector. La apuesta gubernamental se vislumbraba a partir de la
reforma a solo unos cuantos artículos de la ley 30 propuesta en 2010, cambios
que estaban centrados en materia de financiación.
Para
principios del 2011 el gobierno había avanzado en la construcción de una
propuesta de reforma que versaba sobre muchos más puntos que la financiación,
mientras el movimiento estudiantil moldeaba la creación de la MANE,
estableciendo puntos claros y radicales de ruptura con respecto a la propuesta
y analizando las principales contradicciones y efectos que generaría la reforma
respecto a la garantía del derecho a la educación para l@s colombian@s.
Era
evidente que la propuesta se enmarcaba en la profundización del proyecto
neoliberal y que encarnaba el paso de la desfinanciación y autofinanciación de
las universidades públicas hacia su privatización vía establecimiento de
alianzas público-privadas además de la imposición del ánimo de lucro en las
instituciones. Era la búsqueda de que el Estado se desprendiera de sus
funciones y dejara la educación en manos del mercado, además de muchos otros
cambios que se planteaban.[3]
Luego
de un importante proceso de agitación en universidades públicas y privadas del
país[4], se logra acumular cierta fuerza en el estudiantado acompañada de una
gran legitimidad en términos de las reivindicaciones. El movimiento decide
entonces avanzar en la actividad movilizadora para poner en la opinión pública
el debate sobre la reforma a la educación superior, dejando muy en claro que se
rechazaba la propuesta de reforma del gobierno nacional, pero reconociendo la
necesidad de realizar una reforma de carácter democrática y que permitiera que
en Colombia la existencia de la educación superior pública fuese un hecho, y el
acceso una realidad para tod@s.
La
movilización fue creciendo de forma inesperada por parte del mismo gobierno y
hasta del movimiento, se logró una capacidad de acción no vista en muchos años
y con avances y nuevas formas de recrear la movilización social, además de
puntos muy claros para la coyuntura: rechazo de la reforma y apuesta de
construcción de una ley alternativa. Con base en estos puntos se proyectó la
realización del Paro Nacional Universitario, que luego de largas y difíciles
discusiones de carácter táctico, se estableció como mecanismo a adoptar en el
momento que el gobierno nacional oficializara la propuesta de reforma ante el
congreso de la república.
En la
segunda semana de octubre del 2011 se hace oficial el proyecto de ley y a
partir de allí se desencadena un paro nacional universitario de una gran
magnitud[5] y que no solo contó con la participación del sector estudiantil,
sino que tuvo apoyo de profesores y trabajadores, y logro contar con gran
legitimidad en la opinión pública, inclusive con el reconocimiento de
analistas, expertos, artistas, etc, hasta llevar a que los mismos partidos de
la Unidad Nacional “reconocieran” la necesidad de desertar en la empresa de
aprobar dicha reforma gubernamental.
Es así
como en noviembre, en medio de grandes tensiones y discusiones al interior del
movimiento, pero con una gran presión sobre el ejecutivo, el presidente Santos
decide disponerse a retirar la reforma con el condicionante de bajar el paro.
Con profundas diferencias al interior de la MANE frente a la decisión a tomar y
luego de largos y tediosos debates se define que los estudiantes empeñábamos
nuestra palabra y comienza a bajarse el paro en las universidades luego de las
debidas asambleas estudiantiles en cada una de las instituciones.
El
gobierno nacional asume su derrota y retira la propuesta de reforma, mientras
el movimiento estudiantil celebra una victoria que no se veía desde varios años
atrás[6] y que vislumbraba un horizonte de lucha interesante y tal vez positivo.
No obstante, el paro había logrado parar la reforma pero quedaba en entredicho
que el gobierno nacional fuese a facilitar la construcción de la ley
alternativa de educación superior con la que la MANE se había comprometido ante
la sociedad colombiana. Esa sería su nueva prioridad y su principal reto para
el período a transitar.
_____________
[1] Ver Documentos del Encuentro Nacional de
Estudiantes Universitarios:
http://upublicaresiste.blogspot.com/2010/04/encuentro-nacional-de-estudiantes_7665.html
[2] Ver Declaración y conclusiones del 1er
plenario de la MANE:
http://upublicaresiste.blogspot.com/2011/09/declaracion-y-conclusiones-de-la-mane-y.html
[3] Para ampliar: Contra Reforma Educativa en
Colombia, Renán Vega Cantor. https://docs.google.com/file/d/0B_7QYGmOh2PkTWpuVEJCVDN4a0E/edit?pli=1
[4] En algunas universidades ya venía
realizándose movilización y protesta frente a conflictos propios de cada
institución.
[5] En algunas universidades ya habían entrado a
paro y trataban de presionar y posicionar la idea de que se debía entrar a paro
inmediatamente, sin importar si la propuesta de reforma del gobierno se
oficializaba en el congreso.
[6] Podría decirse que el triunfo nacional más
cercano del movimiento fue en el 2007 cuando se tumbo la propuesta de pasivo
pensional que venía incluida en el Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010 del
gobierno Uribe. Sin embargo en este caso el conflicto era “menor” y la
movilización social no tuvo tal magnitud a la del 2011.
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