Campesinos,
campesinas, organizaciones sociales, jóvenes y mujeres, habitantes del nororiente del país, nos
encontramos en el municipio de Teorama durante tres días para avanzar en la
construcción de propuestas para la paz con vida digna desde nuestra región.
Contamos con una amplia participación de personas provenientes de territorios
del centro del Cesar, el Catatumbo, Cúcuta y la frontera colombo-venezolana.
Como
bien hemos planteado en diversas oportunidades, nos reafirmamos en que la
construcción de la paz para el país debe ser un diálogo amplio, donde nos
encontremos a debatir y decidir propuestas sobre nuestro futuro. Este diálogo
abierto, diverso y propositivo, parte de las propuestas regionales y locales,
para consolidarse en una agenda social de país, la cual esperamos sea el fruto
de nuestro encuentro en el congreso nacional para la paz.
Como
habitantes de esta macro-región del país, afectada y permeada por el conflicto
social, político y armado, hemos visto la necesidad desde hace mucho tiempo de
organizarnos y ponernos en la labor de pensarnos colectivamente nuestros planes
de vida para la región, abordando diferentes temáticas que se nos presentan urgentes.
En ese proceso de creación, este congreso regional para la paz nos ha permitido
avanzar en la construcción de propuestas concretas junto con sus mecanismos de
implementación, que no sólo nos permita adelantar nuestro proceso regional,
sino también prepararnos para entrar en un gran espacio de encuentro y diálogo
nacional como lo será el congreso nacional para la paz que se llevará a cabo del
19 al 22 de abril en Bogotá.
Esta
región del país que trasciende los límites comprendidos por el Estado, pues la
actividad socioeconómica está fuertemente definida por su condición fronteriza,
ha vivido durante muchos años las consecuencias del conflicto colombiano, razón
por la cual los avances que se logran son fundamentales en la construcción de
la paz con vida digna. La incursión del paramilitarismo en la región, el
desplazamiento forzado, la amplia presencia militar, las plantaciones de
cultivos para uso ilícito, la permanencia de las 3 insurgencias colombianas
(FARC, ELN, EPL) , hacen de esta región un escenario de disputa, confrontación,
lucha y resistencia constante.
Es de
nuestro mayor interés hacer visibles nuestros avances, propuestas y
compromisos. Avanzamos en discusiones generales respecto de nuestro proyecto de
país y nuestro aporte en el fortalecimiento del congreso de los pueblos y el
congreso para la paz, además de reconocer algunos límites y ganancias que se
han obtenido de los diferentes escenarios de diálogos ocurridos en la historia
del país, así como la relación importantísima sobre la paz y la tierra. En
estos tres días, no sólo logramos reafirmarnos como región, encontrarnos y
reconocernos como procesos que vamos caminando, sino también adelantamos
propuestas concretas con relación a seis ejes profundamente relevantes para el
desarrollo de nuestra apuesta regional.
1.
Salud:
Mandatamos
la promoción y prevención comunitaria en materia de salud, mediante la
realización de encuentros impulsados desde las organizaciones comunitarias.
Adicional a esto, rechazamos la actual ley 100 y asumimos una labor activa en
la formación y construcción de propuestas.
2.
Educación:
Mandatamos
un modelo de educación propia, popular y comunitaria para el plan de vida de la
región del nororiente, reconocemos vital para lo anterior la articulación y el
fortalecimiento del trabajo de las
asociaciones campesinas, organizaciones sociales de base y las juntas de acción comunal con las escuelas.
Nos
comprometemos a incentivar una cultura educativa acorde a la región, que trabaje currículos frente al eje ambiental, la producción
agrícola sostenible, la salud y el trabajo
de género y sexualidad.
Asumimos
nuestra articulación y
participación dentro del
proyecto político de congreso educativo para construir de la mano de todos y todas una propuesta
que satisfaga las necesidades de la región y del país.
3.
Tierras y territorios
Mandatamos
la creación genuina de una política de restitución de tierras por parte de la
comunidad y la construcción de mecanismos para evitar el acaparamiento de tierras
por grandes propietarios, así como la realización de consultas previas de
carácter popular en la región. Asumimos la tarea de avanzar en la creación de
un plan de ordenamiento territorial que logre diseñar un plan autónomo para la
defensa del territorio y establecer criterios de distribución y usos del mismo.
Promoveremos la diversificación de los
cultivos para la recuperación de las
semillas propias y lucharemos por declarar a la región como territorio libre de
transgénicos. Además propendemos por el fortalecimiento del trabajo cooperativo
y la economía solidaria.
Rechazamos
la política nacional de consolidación territorial y el CONPES 3779, específico
para la región del Catatumbo, así como exigimos la revisión de los Tratados de
Libre Comercio y del código minero.
Gestionaremos
relaciones efectivas con el territorio venezolano para promover mecanismos
comerciales alternativos, redes de intercambio y un sistema agroalimentario.
4.
Bienes de la naturaleza:
Mandatamos
la no explotación de los bienes de la madre tierra, rechazando la sustracción
de las zonas de reservas forestales. Rechazamos la ampliación de la frontera
minero-energética y propendemos por la declaratoria del derecho al agua, su
mínimo vital gratuito y la energía como derecho humano.
Exigimos
la consulta previa y decisoria para las comunidades campesinas y que fuentes y
afluentes hídricas sean protegidas de la extracción minero-energética. Además,
exigimos el cobro de la deuda ambiental o pasivos ambientales y la
nacionalización de los bienes de la madre tierra.
5) Cultivos de uso ilícito:
Mandatamos
la Sustitución gradual y voluntaria de cultivos de coca en un ejercicio de
autonomía y soberanía de las comunidades. Participaremos en la solución de la
problemática del cultivo de coca, reconociendo las propuestas exigiendo las
garantías sociales, técnicas y económicas por parte del gobierno. Rechazamos la
estigmatización del campesinado cultivador de coca y mandatamos el tratamiento
de los cultivos de uso ilícito como una problemática social y no como un asunto
de orden público; rechazamos cualquier tratamiento represivo de esta cuestión.
6) Gobernabilidad:
Mandatamos
la construcción de un nuevo gobierno que tenga como base la participación de
las comunidades en la toma de decisiones y la gestión sobre todos los aspectos
de su vida, propendiendo por la construcción colectiva de los planes de vida y
por la injerencia de las comunidades en la construcción de política pública.
Reconocemos
que la gobernabilidad pasa por la participación y autogestión de las
comunidades en los asuntos relacionados con la seguridad, la construcción de
modelos de justicia populares, y en la definición de los presupuestos
municipales.
Con
estos resultados estamos listos como región nororiental para participar en el
congreso nacional y nos reafirmamos en la lucha y construcción de un país para
la vida digna, con propuestas de paz desde los pueblos para avanzar en la
consolidación de un gran movimiento social para la paz.
Congreso
Regional de Paz en el Nororiente de Colombia.
Catatumbo
Norte de Santander, 19, 20 y 21 de marzo de 2013
1 comentarios:
CARTA ABIERTA AL CONGRESO NACIONAL DE PAZ Y A TODOS SUS PARTICIPANTES.
De la manera más atenta los invito a leer el DECÁLOGO DE LA PAZ, contenido en el blog www.laultimaoportunidad.com (Los Planos de la Patria Soñada). Se trata de 10 preceptos indispensables para obtener la paz en un lapso máximo de tres meses ¡ quien lo creyera ?, hay que leerlo para creerlo. A manera de introducción me permito citar el siguiente fragmento de dicho ensayo:
…. La paz no es cuestión de acuerdos previos, ni de decretos, ni de leyes. La paz, como la violencia, es un fenómeno cultural. La tolerancia, el deseo de convivencia, la voluntad de encauzar los instintos primarios, el respeto y la colaboración mutua, son las propiedades que caracterizan al hombre de bien; por el contrario, la intolerancia, el afán de dominar, el irrespeto y el egoísmo, son instintos primarios y característicos del malevolente. En suma, la paz la hacen los pacíficos, así como la violencia la hacen los violentos.
De lo anterior se infiere que para que haya paz, se requiere formar gente de paz. Sólo habrá paz cuando el niño sea concebido y criado en un ambiente de altruismo (no egoísmo), autenticidad (no manipulación), persuasión (no fuerza) y encaminado a lo sublime: el arte, la virtud y en general, todo aquello que no se puede comprar (véase “Reforma a la educación”: Una cruzada por la paz).
La paz es un sistema auto organizado, o sea, es el orden dinámico que emerge en un sistema debido a la interacción mutua de sus partes y procesos con el todo y viceversa hasta crear su propio orden, estructura y funciones (véase Chica Chica1).
1 : B. Chica y L. G. Chica: Estructura de los Auto organizadores como modelo universal de sinergia, Rev. Prospectiva, U. V., Facultad de Humanidades, # 11, Oct. 2006, p.p. (123-136).
De la interpretación de la naturaleza de la paz, en términos de los sistemas auto organizados, se colige que:
De la igualdad emerge la justicia si hay respeto al derecho ajeno. De la justicia emerge la dignidad, siempre y cuando haya coherencia. De la dignidad, emerge la consagración al trabajo si hay autoestima; de esta consagración, emerge el progreso, puesto que hay abundancia; y del progreso emerge la paz.
EL DECALOGO no es una verdad revelada sino una propuesta para debatir y encontrar preceptos más elaborados y consensuados, con la ilusión de que en un día no muy lejano llegue a ser parte de nuestra carta magna.
DECALOGO DE LA PAZ
Precepto 1:
NUEVE MESES DE LICENCIA EN EL TRABAJO PARA TODAS LAS MADRES RECIENTES.
Sustentación:
Este mandamiento por más ingenuo que parezca, resulta ser el más trascendental de todos pues con autistas, frustrados o acomplejados, no se puede obtener una sociedad sana. (véase en este mismo blog: Reforma a la Educación, Una Cruzada por la Paz).
A los 9 meses aparece la dentición en los infantes, el niño ya puede tener otra forma de sustentación –nos dice la naturaleza-. Aunque este período es insuficiente, pues como se índica en el trabajo citado, se requiere 3 años de cuidado continuo por parte de sus progenitores. Los 27 meses restantes pueden ser suplementados mediante el tele trabajo que otorga el decreto reglamentado de la ley 1221 del 2.008 que protege este derecho a las madres y los niños.
CON LA ESPERANZA DE ENCONTRARNOS EN EL CITADO BLOG PARA CONTINUAR LA LECTURA E INICIAR EL DEBATE, ME SUSCRIBO DE UDS. ATENTAMENTE:
Benhur Chica Giraldo, M. Sc
Profesor Jubilado U. N. Bogotá,
Dpto de Biofísica
Véase en Google.-
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