miércoles, 7 de noviembre de 2012

Terminó debate sobre acción colectiva violenta


 
 

 

 
Hoy vimos cómo el Leon de Greiff se llenó multitudinariamente gracias al foro que se desarrolló sobre la violencia como modo de expresión dentro de la universidad. La actividad consistía en escuchar la posición de las organizaciones clandestinas sobre su accionar. Participaron KLANES, FER Sinpermiso, MJBC, MRUP, ESTUDIANTES UN y UCR.
 
La idea fue abrir el debate de la manera más sincera sobre este tema espinoso que algunos defienden y otros atacan, sobre las herramientas que unos usan y otros prescinden de usar. Las ponencias se desarrollaron alrededor del por qué, para qué, cuándo y cómo se usa la violencia y qué relación tiene con la situación de las universidades y del país en general.

Aunque las posiciones eran divergentes y hasta los motivos de cada organización no eran los mismos, vivimos un verdadero ejercicio de democracia universitaria, en donde las diferentes posturas se encontraron, es más, bienestar se pronunció al respecto y hubo un sano ejercicio de escucha.

Esto no significa que las cosas sean color de rosa después del foro. Queda, por un lado, la inconformidad de lxs trabajadorxs que continúan en paro tras las precarias condiciones de contratación en la UN: queda la desconfianza ante la empresa de seguridad VISE que sigue estando al “cuidado del campus”, persiguiendo a activistas, siendo permisivo con los jibaros, colaborando con las fuerzas policiales, etc.; queda la inconformidad de los estudiantes que no estuvieron de acuerdo con la quema del carro y los cuales no quedaron convencidos de la respuesta que se dio por parte del grupo implicado (UCR); queda el recuerdo y la impunidad frente a los miles de amenazados y perseguidos de las universidades de Colombia y sobre todo, sigue existiendo un país en guerra donde la expresión abierta es cosa respetada en pocas ocasiones, la mayoría de veces no por un aire caritativo y democrático de los que gobiernan, sino por intereses de por medio, ya sea del IEPRI, de las administrativas o del gobierno nacional.

 Al día de hoy, hay que valorar que las justificaciones, los datos y las razones que presentaban estas organizaciones son verdad (no es solo ideología, sino hechos reales) tanto en la caracterización del estado y sus intereses, como en de la manera en cómo actúa el paramilitarismo y las fuerzas militares y en el papel que cumple la seguridad privada en los campus, transversal al papel de los medios de comunicación y la ideología dominante de satanizar cualquier forma de expresión y lucha.

 El debate sigue abierto, quizás no sea posible que todas las dudas e inconformidades dentro del movimiento estudiantil se resuelvan en un día, pero si algo es cierto, es que este escenario es de gran trascendencia en cuanto rompe el mito del encapuchado alejado del estudiante, con cara de terrorista y con sevicia ante la humanidad. Tal como lo vimos, son personas de carne y hueso, estudiantes como nosotrxs que señalan con claridad que no son infiltrados de ningún lado, son revolucionarios en búsqueda de un mundo mejor.

 Nos pueden separar las formas de lucha, sin embargo nos une una, la de una universidad distinta, popular y democrática y un mundo sin las contradicciones actuales. Lo dijo un compa: “que estúpido sería usar una forma de lucha y negar a la otra, tanto la vía de masas, amplia y pacifica sirve, como la violenta y de confrontación directa”.

 

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