viernes, 30 de noviembre de 2012

¿Quién es Carolina Garzón?


Carolina es una genuina representante de la juventud inconforme y rebelde colombiana. Llena de sueños y aspiraciones, no se ha limitado a dedicar su energía a objetivos individuales de superación personal, sino que ha tratado de vincular cada actividad de su corta vida a proyectos sociales. Si bien proviene de una familia de escasos recursos ello no ha sido obstáculo para participar en acciones colectivas en muchos ámbitos. Esta es una razón para que hoy todos los que estén de acuerdo en la justeza de la rebeldía juvenil puedan ver en Carolina un símbolo y que unamos esfuerzos en la exigencia a los gobiernos de Colombia y Ecuador para que pongan los recursos al alcance de ambos Estados al servicio de su búsqueda.

Carolina se inició en las luchas sociales al tiempo con miles de jóvenes que, desde las escuelas y colegios públicos, se movilizaron al llamado de los maestros para enfrentar el recorte de las transferencias de recursos para la educación, en el movimiento estudiantil de 2007, en el que los secundarios de Bogotá se tomaron 100 colegios durante más de una semana. Ella participó en el Colegio Distrital Venecia, ayudando a sus compañeros que organizaron la UPJ (Unidos Pa no estar Jodidos).

Posteriormente, y ante la imposibilidad inmediata de vincularse a una universidad para iniciar estudios profesionales, Carolina se inscribió en el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) para capacitarse en el oficio de la serigrafía. Desde allí, al lado de sus compañeros de estudios contribuyó a la creación en Bogotá del Comité Estudiantil del Sena (Coes) que fue una organización fundamental en la lucha por la defensa de la llamada “universidad de los pobres”, donde se han formado varias generaciones de obreros calificados en el país.

Más adelante, y con el objetivo de construir una organización estudiantil democrática, basada en los métodos de las organizaciones obreras, Carolina fue promotora del Sindicato Estudiantil (Sies). Luego de ingresar a la Universidad Distrital, Carolina hizo parte del movimiento estudiantil que el año pasado obligó al gobierno de Santos a retirar el reaccionario proyecto de reforma a la Ley 30. En medio de esta actividad lideró la constitución de la corriente Unidad Estudiantil (Unes).

Ha sido coordinadora del periódico del mismo nombre y participó activamente en los encuentros estudiantiles que dieron paso a la Mesa Amplia Nacional Estudiantil. En la lucha por consolidar la Mane, Carolina ha hecho parte de la llamada Red Independiente que agrupa a diversos sectores cuyo punto de confluencia ha sido la defensa de métodos democráticos de deliberación, decisión y movilización estudiantil. Se ha distinguido por su claridad en la denuncia de los planes reaccionarios del gobierno y los comportamientos burocráticos o sectarios al interior de la Mane, ganando un merecido reconocimiento en la vanguardia de activistas estudiantiles universitarios.

Una activista de la cultura Carolina es además una estudiante juiciosa y creativa de la carrera de Educación Artística de la Universidad Distrital. Participa en las iniciativas colectivas que promueven sus compañeros de estudios, pero en particular se motiva por la fotografía y los montajes teatrales. Por esa vía ha hecho parte del grupo Diafragma Teatro, dirigido por William Fortich, grupo que pertenece al movimiento cultural y social Mujeres en Escena (Arte y parte por la paz de Colombia), dirigido por Patricia Ariza.

La necesidad económica la ha llevado también a aplicar su talento artístico en la elaboración de artesanías, a base de macrame y chaquiras, con las que Carolina obtiene ingresos para su supervivencia, su estudio y sus viajes.

Una internacionalista por vocación

Carolina ama viajar. Su curiosidad juvenil ya la ha llevado a recorrer parte de Latinoamérica por su cuenta y riesgo. Pero en una sociedad sana ningún joven debería sentir temor a la aventura, cruzar las fronteras, relacionarse con otras culturas, tejer lazos de amistad y fraternidad entre los pueblos. En una sociedad sana una joven mujer debería ser protegida y respetada como fuente de vida; pero no podemos pedir eso a esta sociedad capitalista en decadencia y crisis.

Carolina ha ido varias veces a Ecuador pues se ha enamorado de su pueblo y su cultura. Esta vez quería permanecer más tiempo aprovechando una transición académica que la obliga a pasar al sistema de créditos que se ha impuesto a las universidades públicas. Intentó incluso participar en el Congreso de la Asociación Nacional de Estudiantes Libres (Anel) de Brasil, con el objetivo de compartir experiencias políticas, pero las dificultades económicas se lo impidieron.

Carolina somos todos

Esta breve semblanza de Carolina Garzón solo busca compartir lo que significa su vida para nosotros: sus camaradas, sus compañeros de estudio y lucha, sus amigos, sus familiares. Lamentablemente, para los gobiernos burgueses de nuestros países, Carolina es sólo un dato estadístico que se suma a la lista de centenares de desaparecidos por motivos sociales o políticos. Lo hemos comprobado con la indolencia de la Cancillería de Colombia frente a las solicitudes de sus familiares y nuestro partido. Pero estamos convencidos de que con el apoyo de todos podremos obligarlos a buscarla, a rescatarla de esa zona gris de incertidumbre que condena al olvido a los desaparecidos y angustia a su familia, pero fortalece nuestra decisión de encontrarla.

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