La Sede
Bogotá de la Universidad Nacional de Colombia ha sido trastornada por la
anormalidad académica y administrativa suscitada por el paro de trabajadores y
empleados que se declararon en asamblea permanente desde el 1 de Noviembre del
presente año.
Prensa
Universidad estuvo en entrevista con uno de los trabajadores de la institución-
quien prefiere mantener su nombre en reserva- para ampliar la información que
se tiene sobre la compleja situación que a traviesa la misma en medio de una
crisis de infraestructura, un déficit presupuestal permanente, la lucha
estudiantil frente a la reforma del sistema de educación superior, la
inconformidad con los mecanismos antidemocráticos de elección de las directivas
y, ahora, un conflicto por las condiciones laborales de trabajadores y
empleados.
Cerca
del 80% de los edificios de la Ciudad Universitaria, permanecieron bloqueados
durante el pasado jueves 01 de noviembre, los servicios administrativos junto
con las labores de los trabajadores en otras áreas fueron suspendidos hasta
nueva orden y a la fecha el acceso al 60% de los edificios y dichas actividades
se mantienen suspendidas.
Al
interior de la institución, coexisten diferentes tipos diferentes de
contratación para el llamado personal administrativo, que no les garantiza a
todos los trabajadores estabilidad económica y condiciones adecuadas de
trabajo. Para entender la variopinta conformación de la nomina de la UN, es
importante tener claro que a grandes rasgos existen dos clasificaciones: los
que se encuentran vinculados como trabajadores de planta de la Universidad y
los que no. Según el articulo 10 del Estatuto General “El personal
administrativo vinculado a la Universidad Nacional de Colombia será: de libre
nombramiento y remoción, de carrera administrativa o trabajadores oficiales.”
[1]
Los
trabajadores que no hacen parte de la planta de personal administrativo, tienen
diversas formas de contratación, están los vinculados a través de contrato por
Orden de Prestación de Servicios (ODS), el cual discrimina según el servicio en
cuestión, lo que significa que existen niveles salariales diferentes de acuerdo
al caso y además, no se adjudica siempre bajo criterios igualitarios y
mecanismos de transparencia. La mayor dificultad que afrontan quienes son así
vinculados es la estabilidad, pues son susceptibles de perder su empleo tan
pronto como se acabe su labor y nada les garantiza que su contrato será
renovado.
De
hecho existen trabajadores que son renumerados a destajo o por labor, es el
caso de varios profesionales de Unisalud que ganan por paciente atendido. Todo
ello, sin mencionar a los trabajadores tercerizados, esto es, los que prestan
servicios como los de vigilancia y algunos de aseo, que son contratados
directamente por un tercero, por ejemplo la empresa de vigilancia privada VISE
o de aseo CASALIMPIA.
Por
otro lado, el entrevistado comentó que contrato de Libre Nombramiento y
Remoción, típico de los cargos que tienen potestad para tomar decisiones en
cada una de las dependencias, es uno de los cargos que mayor remuneración tiene
y a los cuales ya se les efectuó un incremento salarial. De allí que una de las
exigencias del movimiento en asamblea, sea la recuperación inmediata de cargos
de libre nombramiento y remoción que fueron suprimidos desde hace varios años
para la mayoría de trabajadores de planta y ahora se le asigna solo a los
empleados de mayor rango y confianza de las directivas.
La
mayoría de trabajadores de la Universidad no son los vinculados a la planta,
sino los contratados mediante ODS lo cual marca diferencias entre ellos, como
el monto salarial o el hecho de que hasta el momento quienes se declararon en
Asamblea Permanente son los trabajadores de planta y no los de ODS ni los
tercerizados, razón por la cual estos últimos siguen en plena labor. Respecto
al salario por ejemplo, el trabajador entrevistado afirmó que los trabajadores
de planta ganan en promedio menos de $800.000 mientras los de Libre
Nombramiento y Remoción ganan $2.800.000, también en promedio
Solo en
relación con la distribución de planta administrativa, y según las ultimas
estadísticas publicadas por la Dirección Nacional de Personal en marzo de este
año [2], el 0,74% de trabajadores son de periodo fijo, el 14,82% de libre
nombramiento y remoción, 2,58 pertenecen a la categoría de trabajadores
oficiales, el 1,81% a la de educadores y el 80.05% son de carrera
administrativa. En total, la Sede Bogotá cuenta con 1.422 trabajadores
administrativos y a nivel nacional la Universidad suma 2.983. Sin embargo, no
se encuentra información fácilmente disponible de otras formas de contratación
de los trabajadores que no son de planta y que aclare el panorama.
Resulta
paradójico que ante esta configuración de la nomina, el parágrafo anexo al
artículo 10 del Estatuto mencionado anteriormente aclare que: “Las personas que
presten sus servicios en forma ocasional o por el tiempo de ejecución de una
obra o contrato no forman parte del personal administrativo y su vinculación
será por contrato de ejecución de obra o de prestación de servicios” puesto que
muchos de esos llamados “servicios en forma ocasional” están relacionados con
actividades en las unidades administrativas de las facultades o del servicio
medico para miembros de la comunidad universitaria por ejemplo, y que
evidentemente no son servicios que se presten ocasionalmente sino que por el
contrario son necesarios de forma permanente para el funcionamiento de la
Universidad.
Es algo
similar a lo ocurrido con los profesores ocasionales que entraron hacer parte
de la nomina y se quedaron como una figura hoy, casi que natural dentro de la
misma; la verdad es que tras estas formas de contratación lo que hay es un
deterioro de la capacidad financiera de la institución para contratar, la
crisis de la universidad publica, el fracaso del modelo gerencial en ellas y
para hilar mas hondo, el reflejo de la calidad trabajo que se genera en
Colombia: un trabajo flexibilizado y precarizado.
Los
contratos de tipo temporal u ocasional y de subcontratación, sin mayores y
mejores garantías- ni siquiera las de ley- se ha convertido en la
característica de los puestos de trabajo en el país y lo sucedido en la
Universidad Nacional pone de manifiesto que las Universidades no escapan a eso,
en especial las publicas que dependen del Estado- cada vez menos por demás- y
sin embargo esta claro que no ha todos les toca la misma suerte, o de otra
forma no sería plausible pensar en un “decano ocasional”, en un “gerente
general ocasional” o en un “rector ocasional” al que no se le ajuste el salario
debidamente o no se le bonifique por estar en un cargo de altísimo nivel.
¿Significa esto que en las universidades, concebidas como centros de
pensamiento, de investigación y docencia, están siendo mas importantes los
directivos y administradores que los profesores, y en el caso especifico que
nos atañe, el trabajo de quienes sostienen gran parte del funcionamiento de
estas instituciones sin el cual docentes, estudiantes y directivos no podrían
desarrollar la misión que los congrega?
[1]
Universidad Nacional de Colombia. Estatuto General, Capitulo II: Personal
Universitario. Tomado el 04 de noviembre de 2012 desde:
http://www.unal.edu.co/estatutos/egeneral/egeca02.html
[2]
Universidad Nacional de Colombia. (2012). Estadísticas de los cargos de la
planta administrativa a 31 de marzo. Datos Generales del Personal
administrativo. Dirección Nacional de personal. Tomado el 02 de Noviembre de
2012 desde: http://www.unal.edu.co/dnp/Archivos_base/Estadisticas/Estadisticas_Administrativas_Marzo_2012.pdf
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