El
24 de octubre de 2012, cuando se conmemoran 6 años del asesinato de cuatro
estudiantes del Alma Mater en una explosión al interior del campus, dos
trabajadores de la Universidad del Atlántico han iniciado una huelga de hambre
para denunciar las arbitriariedades y malos manejos que la administración de la
Institución, en cabeza de la Rectora Ana Sofía Meza de Cuervo han venido
agenciado contra la comunidad universitaria desde el inicio de su periodo.
La
huelga de hambre, es una demostración de la dignidad que caracteriza a los
verdaderos hombres, que en este caso, se mantiene inflexible a pesar de los
intentos de pisotearla orquestados por parte de la rectora de la Universidad.
Los
diferentes organismos de control del Estado han evidenciado la grave situación
por la que atraviesa la Universidad en aspectos financieros, académicos y
humanitarios desde hace varios años. La crisis del Alma Mater, se refleja en el
detrimento patrimonial que asciende a los $ 60. 000 millones y en el futuro
incierto de la Institución por cuenta del incumplimiento de los acuerdos
adquiridos en el marco de la Ley 550 y la reestructuración de pasivos, que, por
demás, ha fracasado; en el retroceso de la calidad de la educación impartida en
la Institución, que se manifiesta en los nefastos resultados en las pruebas
saber pro y en la paupérrima ubicación del Alma Mater entre las Universidades
del país; y la violación constante a los Derechos Humanos en la Institución,
traducida en la persecución, el señalamiento y la estigmatización a las
organizaciones sindicales y estudiantiles que hacen vida en la Universidad.
Los
trabajadores manifiestan la permanente persecución contra las organizaciones
sindicales desde el comienzo de la administración en 2006, cuando se despidió
injustificadamente a más de 440 trabajadores, que posteriormente fueron
reintegrados por fallos judiciales e indemnizados por los perjuicios causados,
lo que ha profundizado el déficit presupuestal del Alma Mater. De Mayo a Agosto
del presente año han sido despedidos 28 trabajadores, violando el debido
proceso que demanda la ley.
La
exigencia de la salida de la rectora de la Universidad del Atlántico es en
estos momentos más que posible, necesaria. 6 años de autoritarismo,
antidemocracia y felonías han hastiado a la comunidad universitaria.
Colectivo
Sin-Censura
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