En el
marco del tercer aniversario de Desinformémonos, el escritor uruguayo Raúl
Zibechi e integrantes del movimiento estudiantil de Brasil, Canadá, México y
Chile, resaltaron la importancia de los movimientos juveniles que durante los
últimos años han emergido en América.
“El pasado es referencia, no prisión, por eso
los recambios generacionales que suceden cada cierto tiempo, son nueva vida y
sin ellos no habría continuidad en las resistencias y en las luchas. Si nos
dejamos atrapar por el pasado, la creatividad y la vida deja de tener sentido,
pues repetir lo ya conocido es muerte”, sostuvo el periodista uruguayo Raúl
Zibechi durante la charla “La emergencia juvenil en América”.
El
escritor celebró el irrespeto a los caminos trazados por las generaciones
anteriores y los espacios que están abriendo los jóvenes de Chile, México,
Argentina, Colombia y el resto de América. “Hoy, aparte de una irrupción
juvenil importante, hay una irrupción juvenil de los abajos. Se trata de una
nueva generación que no se está dejando atrapar por estructuras burocráticas,
sino que está buscando abrir sus propios espacios. Es una generación que no
tiene necesidad de líderes individuales y en la que cada vez hay mayor
participación de mujeres y de jóvenes de periferias urbanas y clases pobres”,
señaló Zibechi.
Reunidos
en la sala José Gaos, del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Raúl Zibechi; Fabio Alkim y
Brisa Araujo, de la Universidad de Sao Paulo; Alexandre Beaudoin, de la
Universidad de Montreal; Natalia Elgueta, de la Universidad Católica de Chile;
Javier Bautista, de la Universidad Iberoamericana e integrante del movimiento #YoSoy132;
y Camilo Ceja, de la Normal Rural Vasco de Quiroga en Tiripetío, Michoacán,
hablaron sobre la situación de la lucha por la educación en cada uno sus países
y de los movimientos juveniles que durante los últimos años han surgido
alrededor del mundo.
“Ser
joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”, recordó
frente a un aula repleta Adazahira Chávez, de Desinformémonos, tras la
presentación de un video con imágenes de las coberturas a movimientos
estudiantiles que durante el último año ha realizado el equipo de la revista
electrónica.
Fabio
Alkim, de Brasil, advirtió sobre la importancia de no idealizar el crecimiento
económico de su país, pues esta idea se basa en “datos que esconden muchas
desigualdades internas”, que incluyen la modernización, privatización y
mercantilización de las universidades federales y sus diversas áreas, por
ejemplo, el financiamiento de las investigaciones en manos privada. Y entonces,
se pregunta Alkim, “¿quién va a financiar las investigaciones que buscan
generar un conocimiento crítico para la sociedad?”
Durante
su participación, Brisa Araujo, de la Universidad de Sao Paulo, habló sobre la
huelga estudiantil del primer semestre del 2012, que duró 113 días y en la cual
participaron 95 por ciento de universidades federales y bachilleratos. Esta
huelga, dijo, ha sido “la más larga de la historia estudiantil brasileña”.
Araujo
dijo que el gobierno busca defenderse, recalcando el hecho de que se crearon 14
universidades federales, “pero ¿qué universidades? Se abrieron campus nuevos,
con estructuras precarias, sin bibliotecas, sin comedores universitarios, con
contrataciones precarias de profesores, bajo el modelo sustituto, sin ninguna
clase de garantía, sin planes de carrera y con una inminente sobrepoblación,
pues en el Plan de Restructuración y Expansión, se advierte que serán
duplicadas las vacantes en las universidades”.
El
quebequense Alexandre Beaudoin leyó una crónica de la llamada Primavera Maple,
explicando su origen y destacando el apoyo que la sociedad de Montreal brindó a
los jóvenes que se manifestaban en contra de un aumento del 75 por ciento en el
costo de la matrícula que el primer ministro, Jean Charest, había anunciado
desde 2010. Mediante marchas (en las que se llegaron a contabilizar 300 mil
manifestantes en las calles, en una ciudad habitada por 2 millones),
cacerolazos y demás muestras de solidaridad, los habitante de Quebec llevaron
adelante un movimiento de “desobediencia civil pacífica”, explicó el estudiante
canadiense.
Beaudoin
recalcó la importancia de YouTube, Twitter, Facebook y demás redes sociales,
que se convirtieron en sede de “una batalla virtual” en la que se filmaban las
manifestaciones, así como la violencia y brutalidad ejercida contra estudiantes
y periodistas. La instauración de la Ley 12, que no permitía la reunión de
grupos de más de 50 personas, llevó a la indignación de toda la población. La
derrota final para el gobierno se vio en las elecciones de 2012 en las que
perdió el gobierno de Charest, y fue derogada la propuesta del aumento a la
matrícula, así como la Ley 12.
La
estudiante chilena Natalia Elgueta esbozó un retrato de la situación de la
educación en Chile, desde el nivel básico hasta el superior. Se refirió a la
gran contradicción que existe entre la presentación que se hace al mundo de su
país “como una posible potencia emergente, similar al caso de Brasil”, con la
realidad de su población, en especial de los estudiantes. “Todas las
universidades en Chile hay que pagarlas, y aún queda mucho por hacer ante un
sistema educativo heredado por la dictadura pinochetista, pero los jóvenes no
estamos atreviendo por fin a soñar”, dijo.
La
juventud mexicana estuvo representada por Javier Bautista, profesor de la
Universidad Iberoamericana e integrante del movimiento #YoSoy132, y por Camilo
Ceja, de la Normal Rural de Trirpetío, en Michoacán. El primero enfatizó en el
hecho de que “no hay certeza de lo que puede venir o pasar con este movimiento,
pero se debe destacar que significó el surgimiento de una nueva conciencia y la
tendencia a construir nuevas redes”. Por su parte, Camilo Ceja leyó una carta
de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas Unidos de México
(FECSUM) y de la Organización de Normales Oficiales del Estado de Michoacán
(ONOEM) en la que acusó al Estado de una “imposición de la privatización de la
educación” y exigió, entre otras cosas, la cancelación de la reforma laboral y
libertad a los presos políticos y de conciencia.
También
fue leída una carta del pueblo guaraní-kaiowá, en la que éstos anuncian el
exterminio de su comunidad, y piden ser enterrados en las mismas tierras donde
se encuentran enterrados sus antepasados, y se anunció una manifestación que se
realizará frente a la Embajada de Brasil en México, para protestar contra las acciones
gubernamentales que en pos de la modernidad y el desarrollo económico,
atropellan los derechos humanos de miles de grupos indígenas.
Por:
SOFÍA SÁNCHEZ
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