Comunicado
del Comité Nacional de Representantes Estudiantiles
Universidad Nacional de
Colombia
Frente
a las actuales condiciones del país, en especial en la educación superior los y
las estudiantes hemos tenido grandes victorias: derrotamos la propuesta de
educación superior del gobierno, a partir de escenarios de disputa mediante
inmensas movilizaciones y la construcción de escenarios organizativos desde la
Mesa Amplia Nacional Estudiantil brindándole al país un programa mínimo. Así
mismo, otro de los grandes avances que tenemos es la exposición de motivos que
prepara la propuesta de ley de educación superior que recoja realmente a la
sociedad colombiana. Sin embargo, el gobierno no ha escatimado recursos en
continuar presentando iniciativas legislativas aisladas, que apuntan a
construir una nueva política de educación superior supeditada a sus intereses,
y en hacer señalamientos y estigmatizar al movimiento estudiantil colombiano y
sus avances.
En este
marco, el Comité Nacional de Representantes Estudiantiles de la Universidad
Nacional de Colombia saluda y apoya vehementemente las actuales luchas
particulares que se dan por la exigencia de la autonomía universitaria, pieza
fundamental de un nuevo modelo de educación.
El
primero de esos casos es el de la Uniamazonía que tiene a un compañero en
huelga de hambre, con su salud en juego por cerca de 40 días, en forma de
protesta por la corrupción de las directivas, así como el aumento desmesurado
de las matrículas. Las exigencias de los compañeros son justas y nos sumamos al
llamado para que su voz sea escuchada y sea parte de la toma de definiciones
que se relacionan con la Universidad.
Otro de
los casos es la Universidad la Gran Colombia, universidad privada que también
protesta fuertemente por los exagerados casos de corrupción en su interior y la
mercantilización de la educación con la intención de algunos de sus directivos
de vender la universidad a una multinacional educativa, evidenciando también
los problemas de autonomía y de limitada participación del estudiantado y de la
comunidad educativa en los rumbos de la universidad.
Vemos
que estos casos no son aislados, y es una realidad tangible que las exigencias
por la autonomía, el cogobierno, la financiación digna, la calidad académica,
son parte vital para que la universidad siga siendo centro de debate, donde la
ciencia, el arte y la filosofía crecen y se forjan para darle la cara al país:
sus necesidades y exigencias. Nuestros problemas, necesidades y posibles
soluciones son las de ellos, porque finalmente por lo que vamos es por la
transformación de la educación superior, para un nuevo país con soberanía,
democracia y paz.
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