Los Acuerdos 011 y 016, le dieron al rector de la Universidad Nacional la facultad para crear, modificar o suprimir cargos. Inmediatamente, él se cargó contra los vigilantes, ha despedido a una buena parte de ellos y con los que está contratando mantiene un monitoreo sobre el campus.
El rector Ignacio Mantilla está suprimiendo al personal tanto de vigilancia como de servicios generales, especialmente de aseo, para tercerizar los puestos con empresas de privadas. Hasta allí es un atentado con la organización sindical, pues son las bases del sindicato a las que se están acabando y, por lógica, se acaba el sindicato Sintraunicol.
El problema más radical, contra toda la comunidad educativa, es que los reemplazos que está contratando para vigilancia no son confiables. Se presume que tienen nexos con los aparatos represivos del Estado, es decir, organismos de defensa al servicio del gobierno que siempre ha querido hacer presencia al interior del campus para reprimir las fuerzas opositoras que allí se forman.
Este sector de la vigilancia, al mando del oficial retirado de la Policía Carlos Arturo Ávila Reyes, procedió a la instalación de cámaras de video para ejercer control de vigilancia dentro del campus, y muchas de ellas se ubicaron precisamente donde trabajan los funcionarios administrativos, valiéndose de una excusa de seguridad que la Unal nunca había necesitado.
La oficina donde se hace el control de monitoreo a los videos tiene acceso restringido a los vigilantes tercerizados, en otras palabras, los guardas de planta no pueden entrar. Tanta reserva indica que el objetivo de las cámaras es más bien un seguimiento a los líderes sindicales, profesores y a los mismos estudiantes. Es de recordar que el nuevo rector de la Universidad Nacional fue puesto por el gobierno, ¿sucederá lo mismo en la de Córdoba, en la UIS o en las demás?
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