Algunos datos y procedimientos sobre la forma como la Policía Nacional Colombiana, después de las manifestaciones del 15 de Junio del 2011, operó desde la dinámica de la canallada y la vileza guerrerista en las entrañas de un claustro universitario.
Luego de la propuesta esgrimida (por un reconocido paramilitar de la región del oriente Colombiano), al rector de la Universidad Industrial De Santander, Jaime Alberto Camacho Pico, de ejecutar un plan bala en la UIS y la confirmación y aprobación sin titubeos de éste como tal. http://www.kaosenlared.net/america-latina/item/6089-colombia-%E2%80%9Cplan-bala-en-la-uis%E2%80%9D.html
Circunstancia que desde luego denigró el ambiente institucional de la UIS y terminó en el heroico hecho de una manifestación por parte de algunos des atemorizados estudiantes y trabajadores de la universidad por no seguir más, acallando y ocultando lo que a gritos enteros el gobierno de Uribe y Santos han venido maquillando y desviando en la Fiscalía General de la Nación, la presunta afinidad, relación, colaboración y participación de uno de sus tentáculos en Bucaramanga, Colombia. A saber, el señor Jaime Alberto Camacho Pico.
La manifestación se consumió en el fragor de una insospechada contienda beligerante de gases lacrimógenos y estallidos desconcertantes. Pues los estudiantes en busca de ser escuchados interrumpieron las labores rutinarias del claustro, protestando en contra de esa inmersión tontina que creó el rector de que “aquí no pasa nada todo está bien”. Y, La Policía Nacional por su parte reaccionó como si estuviera combatiendo un frente guerrillero, arreciando indiscriminadamente con lanzamiento de gases, fuerza mecánica avasallante, avanzada instigante de tropa y bombardeos desenfrenados de chorros de agua hacia los estudiantes.
En fin, las pérdidas que dejó este impensado desmán, fueron alrededor de más de $ 1,500,000 dólares. Y obviamente las consecuencias, las aceptó el gobierno y las pagó la comunidad universitaria. Ya que inmediatamente al suceso presentado, la orden del presidente Santos hacia el ministro de defensa de ese entonces Rodrigo Rivera, fue la de acordonar, militarizar la UIS hasta nueva orden. Aquél, le correspondió al presidente dándole la orden al general de la policía de Bucaramanga José Ángel Mendoza, de dejar empotrado el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD).
Es de esta manera como comienza la reprimenda del gobierno Colombiano frente a las políticas institucionales de la Universidad Industrial De Santander. Convirtiéndose la UIS en un despliegue armamentista de las políticas guerreristas del gobierno Santista: Acordonamiento policial, infiltrados, paga de recompensas a los estudiantes, amenazas en apariencia sueltas e infundadas pero intimadoras, preparación de tácticas los domingos dentro de la Universidad en sobrevuelos de aeroplanos y llegada de tropa motorizada en tiempos de reacción, en fin, una imagen prolongada de policías que condicionan el ser sujeto estudiantil propio de los estudiantes, a la realidad del pánico y el silencio que enajena y perturba.
La permanencia del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), es una realidad que no podemos acariciar ni tolerar, no estoy invitando al revuelo de la capucha, la piedra y la fumarola. Por el contrario, invito a reconocer y abrir la conciencia de que la Policía Nacional De Colombia sistematizó sus cuerpos operacionales en la dinámica rutinaria del claustro universitario. Pues de la manera más chantajista, calumniadora, amiguera y retórica, ofrecieron pagos económicos desde bases de $ 500,00 pesos colombianos hasta cifras que elevan millones a estudiantes para que informaran qué estudiantes, profesores y trabajadores del Sindicato de la UIS (SINTRAUNICOL) eran los que propiciaban no acallarse ante la presunta humanidad filantró-paramiltar del rector y su cuerpo de tropa: Alonso Silva, Isnardo Muñoz, un Mayor retirado a cargo de la seguridad e Iván Rojas, entre otros. Quienes los sábados se reunían con el comandante de la Policía de Bucaramanga para planear lo que el gobierno nacional exigió después de la manifestación mencionada, capturas, judicialización y/o al menos señalamientos de culpabilidad hacia la comunidad universitaria.
De ahí nacen los Falsos positivos judiciales en la UIS:
y el común denominador de las capturas e investigaciones policiales. Que la causa de todo esto, es decir, el operar y los resultados de la policía se deben más a sapos que ha táctica y estrategia operacional. ¡Qué pena!, pero también hay que reconocer que así como son una de las policías mejores preparadas del mundo, son también las que con más informantes y mejores sapos pagos cuentan…
La UIS está sitiada y el rector lo amaña, la comunidad de estudiantes están en emboscada y no se amañan, porque donde predominan los patrones guerreristas y desafiantes, son en los asideros académicos, para sesgar lo promisorio del discurso intelectual, el mismo que se levanta no insurrecto ni revolucionario, como no lo han hecho creer. Sino más bien, apertura de una conciencia que vislumbra desde la razón teórica, el camino propicio de esa bella rueda histórica llamada sociedad….
¡UIS NO ES UNO, SOMOS TODOS LOS QUE ESTAMOS EN LA LUCHA!...
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