domingo, 22 de abril de 2012

Los "capuchos" no son los únicos "encapuchados" de la Universidad

Algunas ideas para la discusión
1. Los encapuchados convencionales
El encapuchado oculta su identidad personal. Con frecuencia hasta su identidad social, pues no se conoce su afiliación ni su signo político. ¿Qué quieren los encapuchados que realizan acciones violentas en la universidad? ¿Quien los financia y apoya?. Tal vez son preguntas más relevantes que sus datos personales. Estos comportamientos de ninguna manera puede decirse que son patrimonio exclusivo de estos personajes, quienes, aparentemente, actúan en contra de las autoridades. Dentro de los escenarios "legales" este tipo de especímenes actúan de manera cotidiana, y frecuentemente sin ser objeto de resistencias parecidas a las que, de manera evidente, producen los encapuchados explícitamente violentos.
2. El Consejo Superior Universitario
A muchos de sus integrantes no se les conoce su procedencia, pero se observa que se rigen por agendas ocultas. No se realizan concursos públicos de méritos para decidir su pertenencia al CSU. Con frecuencia se conocen solo evidencias indirectas de pugnas entre bambalinas. Si el "representante" tal, por ejemplo, era del combo de Nohemí, como ésta perdió en las elecciones y ganó "La U", entonces aparece por arte de magia un nuevo "representante", esta vez del otro combo. El nombramiento del rector está afectad por tejemanejes similares, a espaldas de la sociedad y de la comunidad universitaria. EL CSU es un organismo que tiene la sartén por el mango en todos los aspectos, incluyendo la Academia y la Investigación, para cuyo manejo no están intelectualmente habilitado, y cuya importancia lo tiene si cuidado. Típico comportamiento de quienes quieren mantener protegida su verdadera identidad.
3. El equipo rectoral
Está conformado por los vicerrectores, el secretario general, y se podría agregar los funcionarios de libre nombramiento y remoción (director de la SIU, jefe de Control Interno, jefe de Posgrados, jefe de Relaciones Internacionales, etc, etc). Estos cargos se definen por medio de tejemanejes politiqueros entre bambalinas. No hay concursos públicos de méritos. El rector se asimila a un jefe político de la universidad que "la gobierna apoyándose en los amigos, ni modo que en los enemigos". En rigor, ni siquiera son los amigos del rector, porque éste debe su nombramiento a negociaciones entre bambalinas que lo obligan a otorgarles cuotas burocráticas y de contratos a todos los que hicieron posible su nombramiento: es decir, "el rector tiene quien lo manda". Un dato interesante: en semanas pasadas 80 investigadores firmaron una carta, dirigida al rector, al gobernador y al Consejo Superior, pidiendo que se nombrara como vicerrector de investigación a una persona que haya hecho investigación, 24 de ellos a través de la página de firmas peticionpublica.es; ni siquiera pedían concurso público de méritos; algunas personas allegadas a la administración impugnaron la carta por ser "no democrática y no transparente" y defendieron el nombramiento hecho anteriormente aplicando los métodos usuales. Todo se quiere hacer en secreto. Típico comportamiento de quienes quieren mantener ocultos sus reales intereses.
4. El presupuesto de la universidad.
Esta institución se financia con los impuestos de los ciudadanos. Su presupuesto anual vale unos setecientos mil millones. Un gran porcentaje del presupuesto se destina a gastos de inversión, especialmente de infraestructura. La asignación de los rubros es todo un misterio. Se define entre bambalinas. A la sociedad y la comunidad se le entregan hechos cumplidos. No existe veeduría ciudadana o universitaria. Mucho menos Presupuesto Participativo. Todo se hace en secreto. Típico comportamiento de quienes quieren mantener ocultos sus reales intereses.
5. La licitación
Seguramente se realiza siguiendo formalidades legales. Pero todo a espaldas de la sociedad. Un ejemplo simple permite ilustrar el fenómeno. La Universidad de Antioquia gasta varios miles de millones en software. Pueden ser dos mil, cuatro mil, cinco mil, nadie sabe. La mayor tajada se la lleva MS a través de las licencias de campus para poder usar su sistema operativo y sus programas de oficina. Luego vienen los antivirus y los programas de redes. La comunidad podría aportar soluciones de Software Libre similares a las que se encuentran en universidades de Alemania y España, por ejemplo. Estamos hablando de minucias del orden de una milésima del presupuesto. Sabemos que hay grandes licitaciones. Todo se hace en secreto. Típico comportamiento de quienes quieren mantener ocultos sus reales intereses.
6. Las convocatorias para nombrar profesores y financiar proyectos de investigación.
Se realizan dependiendo, en lo fundamental, de jurados. Un elemento misterioso, muy espeso, es la definición de "perfiles". Se debería adicionar la entera arbitrariedad y ausencia de concursos para proveer la Nomina Paralela de profesores y todo tipo de contratistas. La "justicia sin rostro" es un recurso necesario para juzgar peligrosos criminales, se usa para proteger la vida de jueces y testigos. En el caso de la evaluación de los proyectos de investigación, para decidir cuales se financian y cuales no, se utilizan los "jurados encapuchados". Dan veredictos finales que no pueden ser controvertidos, pues ni siquiera se les pide sustentación. Actúan a prueba de cualquier tipo de veeduría. Los afectados están excluidos de cualquier participación, pese a que, en la mayoría de los casos, son especialistas únicos en diferentes ramas de las ciencias quienes formularon las propuestas y son "calificados" por personas que saben del tema mucho menos que ellos. Típico caso de ocultamiento de identidad, aparentemente por razones "altruístas", pero que podría ser por motivos "inconfesables", en todo caso un uso totalmente innecesario de "la capucha".
7. Los proyectos de "gestión tecnológica".
Lo que sigue constituye una "noticia en desarrollo". La vicerrectoría de investigación quiere gastar 1500 millones en proyectos cofinanciados por entidades externas con el fin de realizar inventos y aplicaciones de los resultados de las investigaciones científicas. Hasta ahí la propuesta no tienen problema pues esto no es incompatible con la misión de la universidad. Pero la evaluación de los proyectos si deja mucho que desear. Claro, se tendrán los jurados sin rostro, pero eso es lo de menos. La propuesta tiene dos cosas inéditas. Primero, la excepción de los criterios de Excelencia Académica, la cual, en la investigación, se expresa a través de productos calificados por fuentes independientes y homologadas, como son las revistas científicas de impacto; según la propuesta, se puede presentar una serie de resultados sin homologar, productos totalmente espesos. Segundo la inclusión del "secreto industrial"; se dice que como se trata de "inventos", no se puede realizar evaluación por pares porque ello pondría en peligro el negocio que puede resultar del invento; algo así como: "créeme que yo inventé una cosa muy buena, pero no te puedo contar qué fue lo que inventé porque me podés robar la idea". Se ignora el pequeño detalle de que los 1500 millones provienen de recursos públicos. Por lo tanto no deberían escapar a la veeduría.
Paradójicamente, a los investigadores comunes se les pide que presenten un proyecto totalmente detallado para entregárselo a un jurado sin rostro para que lo evalúe y le diga a la administración si merece o no que se le apoye; pero, en esta propuesta de convocatoria, los productos finales mismos se mantienen en secreto. Típico comportamiento de quienes quieren mantener ocultos sus reales intereses.
EL "Pacto por la Universidad".
Difícilmente los que tienen el poder van a querer "negociarlo". Ni los politiqueros ni los violentos. El primer requisito de la transformación de nuestra Institución en una verdadera Universidad es la salida de la clase politiquera y el reconocimiento de que la Universidad debe estar en manos de sus legítimos Estamentos Académicos y Científicos. No se requiere ninguna comisión de intrusos para "repensar" y "transformar" la Universidad. NO ES BIENVENIDA la tal comisión de autonombrados "notables". Solo personas realmente inmersas en la Academia y la Investigación son sensibles a la posibilidad de elevar el nivel académico general. La ausencia de un ambiente académico limpio es lo que proporciona un hábitat a los explícitamente violentos y a los politiqueros, quienes actúan siguiendo sus intereses egoístas y no los de la sociedad y la Comunidad Universitaria.
Por Jorge Mahecha, profesor de Física UdeA

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen aporte profesor. Desgraciadamente en Colombia todavía falta madurar tanto en la academia como en materia política, pues si bien existe esta corruptela, los malos métodos que se usan en las protestas sólo excusan a los primeros para aumentar la represión, y así ellos logran perpetuarse más tiempo en el poder.

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