Como estaba previsto en la reforma, el Ministerio de Educación estudia un incremento del 3% al presupuesto de las universidades.
Al final de cuentas no fue necesaria una reforma a la educación superior para ajustar el presupuesto que recibirán las universidades públicas del país en 2012. El acuerdo de financiación, que habían alcanzado el año pasado el Gobierno y los rectores, se podrá concretar sin una reforma a la Ley 30 de Educación.
Aunque por ahora se trata de un acuerdo verbal, el Ministerio de Educación prometió a los rectores que a partir de este año se hará realidad el incremento presupuestal que estaba incluido en el proyecto que el Gobierno intentó impulsar el año pasado, pero que naufragó tras las movilizaciones de rechazo promovidas por los estudiantes.
En principio, lo pactado con la ministra de Educación, María Fernanda Campo, es que el presupuesto de este año va a aumentar el Índice de Precios al Consumidor (IPC) más un 3% adicional. De este porcentaje, el 1,5% se giraría directamente a cada institución. El otro 1,5% aún no se ha definido bajo qué criterios sería entregado a las universidades.
“Se supone que ese 1,5% se repartirá de acuerdo con la decisión que tomemos entre el Sistema Universitario Estatal y el Ministerio de Educación”, comentó Alberto Uribe, rector de la Universidad de Antioquia; además, “estamos esperando a que el Ministerio nos convoque para llegar a un acuerdo, porque necesitamos esos recursos urgentemente debido a la crisis financiera del sector”. En el caso de la emblemática universidad antioqueña, el déficit ronda los $6.000 millones.
Por ahora las universidades hacen sus cuentas sin el dinero prometido. El presupuesto de 2012, como dice el rector de la Universidad Nacional, Moisés Wasserman, quedó lleno de “notas al pie de página”. A través de un par de notas, los rectores le han recordado al Ministerio la urgencia financiera que atraviesan.
Sobre los indicadores que se aplicarían para entregar el 1,5% de ese incremento y que han sido motivo de discusión desde el año pasado, Wasserman considera que lo más apropiado sería utilizar una batería de indicadores que desde hace un tiempo preparó el propio Sistema Universitario Estatal.
Tanto Wasserman como Alberto Uribe creen que el alivio que traería este incremento no significa que se puede dejar de lado la discusión sobre una reforma a la educación superior. En palabras de Wasserman: “La parte financiera es urgente, porque cada año tenemos que sobrevivir a muchos problemas, pero bien vale la pena demorarse un poco más para pensar en la educación que quiere el país.
Representantes de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil explicaron ayer que el proceso de reforma tomará al menos nueve meses. La próxima semana se tiene prevista una reunión para elegir los voceros ante el gobierno.
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