¡Hay que responder con la movilización en la calle!
Tras varias semanas de negociaciones, idas y vueltas, el pasado 15 de julio Álvarez-Cascos fue investido como presidente del Principado de Asturias. Todos los grupos políticos con representación se abstuvieron y Foro Asturias (FAC) gobernará en minoría. Esta organización, agrupada en torno a la figura del exministro de Fomento y ex Secretario Gral. del PP, ha utilizado hábilmente en su campaña electoral un lenguaje ambiguo y populista, escondiendo sus verdaderas intenciones. Ahora, con la formación del nuevo gobierno, los dirigentes de FAC comienzan a anunciar recortes y ataques brutales a todo lo que sea público así como medidas que deben poner en guardia a los trabajadores y la juventud de cara al curso que viene.
El legado de una política fracasada
Antes que nada debemos explicar que el triunfo de FAC se debe fundamentalmente al fracaso de la política aplicada por los sucesivos gobiernos del PSOE-IU en los últimos años que, si bien es verdad mantenía conquistas importantes para los trabajadores como una sanidad y educación pública con niveles de calidad superiores a otras comunidades, en lo esencial no se estaba diferenciando de la política de recortes del gobierno central. En el caso de la educación empezamos el curso pasado con un 5,5% de reducción en el presupuesto, mientras el número de alumnos aumentó en 1000, la plantilla de profesores se redujo en 840 (según datos del sindicato SUATEA- STE´s). Con la fusión en la ciudad de Avilés de dos institutos, Valliniello-Suanzes, se iniciaba la política de “fusión” que en la práctica significa el cierre de centros públicos argumentando la falta de recursos mientras se regalaron 47 millones de euros a los colegios católicos concertados. En el último mes de gobierno del PSOE asistimos a varios conflictos en los colegios públicos por la falta de presupuesto para afrontar las reformas mínimas indispensables. En el caso concreto del CP Jovellanos y el CP Campoamor en Gijón por el inicio de unas obras demoradas que obligaban a los padres a trasladar a sus hijos a otros centros y que aún no se han resuelto. Todo ello, sumado a casos de corrupción como el que implicó directamente al exconsejero de Educación Riopedre, aumentó el desprestigio hacia la política oficial entre capas de los jóvenes y de un sector de los trabajadores que no han ido a votar en las pasadas elecciones. La caída del PSOE en los barrios obreros es importante aunque esos votos no van directamente a la derecha. En esta situación FAC se mostró como algo “nuevo” alejado de los partidos políticos oficiales y “en defensa de Asturias y de todos los asturianos”, además de prometer “poner en orden” en las cuentas de la región, recortando los “chiringuitos de los socialistas” y siendo “austeros”.
“Autonomía de los centros”
En el ámbito de la enseñanza Cascos prometió un “giro copernicano”. En sus palabras: “El dogma del igualitarismo ha llevado al sistema a una extraordinaria mediocridad. Hasta el momento en Asturias, la intervención ordenancista de la administración educativa autonómica, ha producido una especie de centros clónicos, y ha cercenado la originalidad y el espíritu de superación que debería desarrollarse en ellos.” Por lo tanto se anuncia la “libertad total para la elección de centro y la autonomía total de los centros para organizar los aspectos curriculares; tomar decisiones sobre horarios, organización del alumnado y profesorado, atención a la diversidad, extraescolares, programas concertados con entes locales, empresarios; flexibilidad en la utilización y justificación de recursos por la Administración educativa y gobiernos locales, con posibilidad también de obtener y gestionar recursos propios; gestión de personal, que les permita definir el perfil del profesorado necesario para el desarrollo de sus proyectos, así como participar en su selección y evaluación, y con capacidad para tomar decisiones sobre el conjunto del personal, incluida la responsabilidad en la contratación de personal de apoyo en actividades y servicios.”
No es difícil de ver que esta política anuncia recortes salvajes en las plantillas de profesores e imponer la ley de la selva en la gestión de los presupuestos que manejará cada centro. Cada centro se convertirá en un coto privado. Se abren las puertas de par en par para la búsqueda de financiación privada y el cobro de cuotas en un futuro no muy lejano. Todo esto significará la degradación de los centros fundamentalmente en los barrios obreros con menos recursos económicos que serán abandonados por la administración ya que “cada uno se arreglará con lo que tenga”.
Por si alguien tiene alguna duda el mismo Cascos explica sus intenciones: “Estos principios conllevarán actuaciones liberalizadoras de todo el sistema escolar. Superaremos la dialéctica público-privada, sustituida por oferta educativa de mayor o menor calidad”.
Universidad
Mientras los dirigentes de FAC hacen demagogia con el “fracaso” del Plan Bolonia en la práctica, tanto en su programa como en algunas medidas anunciadas, profundizarán el modelo de gestión privada de la Universidad: “…la Universidad debe captar fondos en caladeros distintos del sector público. Para ello FAC se propone reorientar el rumbo del Consejo Social hacia la captación de financiación privada, siguiendo el modelo de las universidades punteras en el concierto mundial, beneficiándose de la ley de mecenazgo”. Aprobarán una Ley de Universidades propia del Principado de Asturias con lo cual tendremos que prepararnos para una vuelta de tuerca del Plan Bolonia con más recortes y aumento de tasas que ya provocó movilizaciones importantes en marzo con miles de estudiantes en las calles de Oviedo.
Como “buque insignia” Cascos defiende la construcción de una Universidad Politécnica en Gijón al estilo de las mejores Universidades privadas de EEUU. Se utilizarán recursos públicos para construir un campus que albergue a alumnos “excelentes” es decir a unos pocos que puedan acceder por sus recursos económicos, fundamentalmente los hijos de los ricos.
Empleo juvenil
Para reducir las altas cifras del paro juvenil FAC propone la “puesta en marcha de un salario joven como un contrato en prácticas para fomentar el empleo temporal de jóvenes desempleados sin experiencia laboral en obras y servicios de interés general.” Con esta medida se generalizará la precariedad laboral y los salarios miserables, aumentando y legalizando la explotación más salvaje de los jóvenes trabajadores.
Privatizaciones y recortes en el sector público
Aquí se trata de una auténtica declaración de guerra contra el sector público. Cascos defiende la “simplificación y reordenación” para crear “un sector público de un tamaño razonable, que en modo alguno se constituya en una carga para los ciudadanos, sino en sinónimo de eficiencia y eficacia.” Por supuesto esto significa reducir el gasto público, recortar plantillas y acometer privatizaciones como la ya anunciada en la empresa constructora Sedes (con participación mayoritaria del Principado) que será puesta a la venta. En el caso de Gijón hay un amplio abanico de empresas públicas que están en el punto mira: EMTUSA (autobuses), EMULSA (limpieza), EMA (aguas), etc.
Pero el gran caramelo es la sanidad pública. Para “eliminar las listas de espera” se propone derivar pacientes a la sanidad privada. “El desarrollo de una asistencia sanitaria pública de excelencia no se contradice con el desarrollo paralelo de una asistencia sanitaria privada igualmente excelente que se aproveche y ayude a aumentar la capacidad de Asturias como referente sanitario.” Para preparar el terreno de la privatización de la sanidad se realizarán auditorías a las cuentas, se “optimizarán” recursos, se recortarán plantillas y se defenderá la “libertad” de elección de centro.
Beneficios para las empresas.
Mientras a los que menos tenemos se nos exige austeridad y recortes, el señor Cascos propone una exención del 99% sobre el impuesto de sucesiones y una reducción del impuesto sobre transmisiones y actos jurídicos documentados. También se eliminará el “céntimo sanitario”, un impuesto para las empresas transportistas que se utilizaba para financiar parte del gasto en sanidad. Se modificarán el sistema de ayudas económicas que reciben las empresas y se fomentará la “cultura emprendedora” a todos los niveles.
Cultura para unos pocos.
“La cultura constituye un importante centro de negocio” defiende FAC, así como el papel de las entidades públicas debe ser “subsidiario” y que debe servir para promover la iniciativa privada, generadora de actividad económica alrededor de la cultura. Con estas premisas se revisará todo el sistema de subvenciones a actividades culturales.
Un ataque bastante duro es el relacionado con las bibliotecas municipales. Se plantea una nueva “reordenación y optimización”, fusionando las mismas con las bibliotecas escolares. De la misma manera se propone la “integración” de los museos privados en la red pública para una mejor “coordinación”. Se revisarán las cuentas del Teatro Jovellanos de Gijón para “mejorar su gestión”.
Todas estas declaraciones ocultan ataques salvajes a la cultura como patrimonio público de calidad. Los conciertos en la calle (“Arte en la calle”), el Festival de Cine y todas las actividades culturales que son accesibles a los trabajadores y la juventud estarán en peligro. Cascos defiende el modelo cultural de Oviedo (donde gobierna Gabino de Lorenzo del PP), es decir la cultura como negocio y disfrute de unos pocos, una ciudad sin cultura.
Ofensiva ideológica
FAC se ha presentado no como un partido sino como “un movimiento de ciudadanos libres y consiguientemente críticos, que se rebela contra la condición de súbditos en la que han estabulado a los asturianos los omnipotentes aparatos de los partidos. Es la respuesta que los ciudadanos están dando a la crisis político-económica y de valores, originada por una casta dirigente que asentaba su poder en la fe de sus votantes y no en la búsqueda y exposición de la verdad.” No son “ni de derechas ni de izquierdas”, sino que se definen como de “centro”. En realidad las fuentes donde bebe Cascos son muy conocidas y no necesitan presentación: el franquismo, Fraga Iribarne, Aznar. Con un discurso ambiguo y populista la organización de Cascos oculta lo que verdaderamente representa: la derecha de toda la vida de este país, asentada en las ideas más reaccionarias, enemiga de los derechos democráticos, las conquistas sociales, y por tanto del movimiento obrero y la juventud. A pesar de las contradicciones, los roces y las peleas es la misma derecha que el PP, tienen la misma esencia. No podemos caer en la trampa, no hay una derecha “más razonable”, en lo fundamental están de acuerdo y vienen a por nosotros.
¡Hay que responder con la movilización en la calle!
Desde el Sindicato de Estudiantes nos oponemos a todas estas medidas salvajes que supondrán un retroceso sin precedentes, privarnos de conquistas que se consiguieron con la lucha. Estamos a tiempo de poder hacer frente a estos ataques. Los trabajadores y los jóvenes tenemos muchas ganas de luchar como lo demuestran las recientes movilizaciones del 15-M en todo el Estado. Por eso hacemos un llamamiento a todas las organizaciones sindicales, especialmente a CCOO y UGT, a SUATEA, sindicato mayoritario de la enseñanza en Asturias, a los partidos de la izquierda y al resto de organizaciones juveniles a movilizarnos a partir del inicio del próximo curso, a realizar asambleas conjuntas de profesores y estudiantes en todos los centros de estudio, asambleas de trabajadores en todo el sector público y en todas las empresas de la región, para responder a estos ataques que nos afectan a todos por igual con un calendario de movilizaciones que confluya en una Huelga General. ¡Tenemos fuerza para cambiar las cosas!
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