Pedro Echeverría V.
1. Con fuertes gritos de “indignados” contra la monarquía española: “Los Borbones a los tiburones”, “La educación no es mercancía, fuera la hipocresía”, “Fuera las empresas de la Universidad”, “Queremos un pisito con el del principito” y otras más, fue abucheado -por decenas de estudiantes agrupados por el movimiento M15- el Príncipe Felipe frente a la Escuela Politécnica Superior de la UAM en el momento en que el heredero bajaba del coche para ser recibido por el ministro de Educación, Ángel Gabilondo. Es sin duda una demostración en el sentido de que el nivel de conciencia de los estudiantes –que antes estaba muy adormecida por los medios de información y la iglesia- ha venido desarrollándose en Madrid, en toda España y en muchos países europeos como Francia, Grecia, Alemania y demás. Perder por lo menos el respeto a esos figurones que nos explotan y nos oprimen es ya un buen avance de conciencia humana.
2. Los intereses financieros del jefe de Estado, ha escrito el investigador Decio Machado, se han visto envueltos en numerosas irregularidades. Los negocios del rey, así como su relación "carnal" con la clase empresaria, contrasta con la figura mediática de "el rey de todos los españoles". Su intermediación a favor de los intereses de las multinacionales españolas y de las cúpulas de la CEOE ha marcado su labor como máximo representante del Estado en el exterior. A pesar del silencio mediático, la figura del rey dista mucho de ser incuestionable: desde su falta de legitimidad democrática a la construcción de su importante fortuna personal, pasando por una nunca bien aclarada actuación en el 23-F, el rey nunca ha tenido que rendir cuentas de sus acciones. Las finanzas del monarca y las inversiones de su familia son asuntos oscuros de enriquecimiento de la realeza.
3. Los estudiantes de nivel medio y superior, de los 16 a 30 años, han jugado en muchos países un papel revolucionario. Los marxistas, cuyo objetivo fue siempre destruir la sociedad capitalista, han visto como contradicción fundamental a la gran burguesía dueña de los medios de producción, y al proletariado por ser éstos los directamente productores de la riqueza. A pesar de que Marx, Engels, Lenin, Mao, Gramsci, Fidel Castro, fueron estudiantes y en ese periodo de su vida obtuvieron la conciencia de lucha social, en sus textos permanentemente pusieron en primer lugar a la clase obrera y campesina porque sin el trabajo de esas clases jamás viviría el capitalismo. Sin embargo, lo innegable es que los estudiantes, en todos los países, de una u otra manera, se convirtieron en chispa de los movimientos revolucionarios y más adelante en teóricos y dirigentes.
4. Los estudiantes –mayoritariamente- han pertenecido a la pequeña burguesía o clases medias. Esta clase social, de acuerdo a Marx, ha luchado por no caer en la pobreza y, al mismo tiempo, ha buscado convertirse en clase burguesa. En el capitalismo ha sido una clase que ha vivido con desesperación –víctima de la publicidad televisiva y de las ambiciones por ser clase rica- las clases medias suelen jugar un papel revolucionario cuando se suman a la protesta social. Pero también suelen ser los mayores propagadores de los ideales individualistas, del modo de vida capitalista y luego opositores de la rebeldía social. Los gobiernos y los empresarios han usado a los sectores medios, a la pequeña burguesía, como rémora de los movimientos sociales y como frenos a los propios hijos estudiantes en las manifestaciones de sus rebeldías e inquietudes sociales; pero muchos hijos han respondido.
5. Los estudiantes, al ser jóvenes, ven al mundo de manera natural con pasión crítica, rebeldía y deseos de transformación y, aunque los padres –también naturalmente conservadores- quieran someterlos, tienden a rebelarse. Desafortunadamente los estudiantes sólo son rebeldes cuando jóvenes porque al ser profesionistas, obtener un empleo y establecer su familia, se transforman nuevamente en conservadores, repitiendo el mismo ciclo. ¿Cuántos cientos de miles de estudiantes de la UNAM participaron en los sesenta, en 1986, 1971, 1986, 1999, que hoy gozan de los manjares y las limosnas de la sociedad capitalista y que hoy no se meten en nada? Por eso los estudiantes sólo pueden ser chispa de las transformaciones sociales cuando ejercen sus estudios y no pueden tener permanencia, pero nadie puede negar esa enorme importancia de encabezar estallidos.
6. En México hay universidades con historias ricas en movilizaciones estudiantiles (México, Guerrero, Puebla, Oaxaca, Sinaloa, Michoacán) y otras universidades que por estar siempre –de manera directa al servicio de los gobiernos, empresarios y el clero- tales como Yucatán, Guanajuato, Baja California, Sonora, Coahuila, y demás), jamás se han movilizado, ni siquiera para defender su dignidad contra el autoritarismo y la represión. Por eso cuando se escucha que el Europa y América Latina ( Chile, Argentina, Honduras, El Salvador, Guatemala) los estudiantes han iniciado movilizaciones, en México se presenta difícil porque desde 1999 los estudiantes de la UNAM y otras universidades y politécnicos están casi muertos. Muchos tenemos las esperanzas de que las movilizaciones estudiantiles de otros países sacudan y ayuden al despertar de los mexicanos.
7. Y en México es realmente inexplicable porque desde hace 11 años hemos sido sometidos por gobiernos abiertamente derechistas del PAN y antes el salinismo de los priístas también fue despótico y brutal. Los analistas de lo político deberíamos profundizar para comprender ese fenómeno inexplicable de los últimos 30 años: mayor desempleo, salarios más miserables, gigantesca acumulación de riquezas en unas cuantas familias, millones de trabajadores emigrantes, represión, privatización, cero huelgas, brutal represión a los jóvenes, rechazo de millones de estudiantes en las escuelas, servicios de salud y educación en proceso de privatización. En fin, mil agresiones a los trabajadores y al pueblo y nada pasa. ¿O será que la clase política y empresarial han logrado unificarse estrechamente ante la posibilidad de levantamientos sociales violentos?
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