Estudiantes, profesores, empleados públicos, pensionados y afiliados a sindicatos se movilizaron para rechazar la reforma a la educación superior y reclamar mejoras en derechos laborales y sindicales.
La violencia contra activistas sindicales y de derechos humanos y las políticas económicas y sociales del Gobierno del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, llevaron este jueves a las calles de las principales ciudades del país a cientos de miles de trabajadores, educadores y estudiantes universitarios.
Esta es la primera movilización ciudadana que afronta Santos desde que llegó al poder el pasado agosto, después de una huelga de camioneros contra la libertad de fletes que hace dos meses dejó inmovilizados durante varios días más de 150.000 vehículos.
El presidente de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT), Tarsicio Mora, sostuvo en Bogotá que la protesta reunió a más de un millón y medio de personas en las plazas centrales de las principales ciudades del país.
La afluencia "ha sido aterradora, impresionante", afirmó Mora, para quien la jornada ha sido la primera en muchos años que tiene presencia de sectores sociales con preocupaciones puntuales, como la calidad de servicios públicos.
"El mejor resultado fue haber logrado concitar a todos los sectores en la institucionalización de la protesta social", dijo el presidente de la CUT, la principal organización de trabajadores de Colombia.
Esta Jornada Nacional de Lucha del Movimiento Sindical y Social fue convocada por la CUT, así como por las confederaciones de Trabajadores de Colombia (CTC) y de Pensionados de Colombia (CPC), que hacen parte de la Gran Coalición Democrática, conformada además por partidos políticos, como el izquierdista Polo Democrático Alternativo (PDA).
En la movilización también convergieron la Federación Colombiana de Educadores (Fecode), que reúne a unos 280.000 profesores estatales, y las organizaciones estudiantiles de las universidades públicas del país.
Los maestros y los universitarios defendieron, por su parte, la enseñanza pública ante el eventual ingreso de capital privado a partir de una propuesta gubernamental, además de mejoras salariales, laborales y de derechos.
"Hemos iniciado el proceso de concertación", declaró el presidente de la Fecode, Senén Niño, organización que antes de iniciar la protesta callejera presentó a la ministra de Educación, María Fernando Campo, un pliego de peticiones.
Unos 5000 maestros se congregaron en los alrededores de la sede de ese Ministerio con el afán de negociar sus exigencias, entre ellas, un ajuste salarial para este año equivalente al índice de precios al consumidor (IPC) más tres puntos y, para 2012 y 2013, del índice de inflación más ocho puntos.
Los educadores incluyeron un apartado sobre el respeto a los derechos humanos de los activistas, como el de la vida y el ejercicio sindical.
Exigencias comunes a otras organizaciones no gubernamentales (ONG) y sindicatos, que en este último caso ha visto como perdían la vida 51 de sus integrantes el año pasado en Colombia y otros cinco en lo que va de 2011, además de 25 amenazados y tres detenidos de manera arbitraria, según los registros de la CUT.
Un contexto al que se une una tasa de desempleo del doce por ciento en el país, según datos oficiales.
Este conjunto de realidades y exigencias fueron las que motivaron la protesta y de la que sus organizadores esperan soluciones concretas.
Si no es así, "vendrá una gran protesta que podrá tener una gran trascendencia nacional e internacional", previó el presidente de la CUT al condenar los intentos desde el mismo Estado de "macartizar" este tipo de manifestaciones con advertencias sobre la supuesta injerencia de grupos guerrilleros.
Bogotá
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