lunes, 8 de noviembre de 2010

FORMULARIOS EN LA UNIVERSIDAD PÚBLICA

LA DIFICULTAD DEL ACCESO A LA EDUCACIÓN SUPERIOR

Las transformaciones que ha tenido la universidad por la imposición de diversas reformas la han llevado poco a poco a perder su sentido como ente público, la cual se preocupa por brindar acceso a la educación superior a todas las personas[1].

Sin embargo, han ocurrido cambios no sólo en la misión de la universidad y los estatutos que ha reformado arbitrariamente la administración, sino también en el pensamiento de los Estudiantes, la sociedad, y claro está el Estado, quien es el que obliga a realizar dichos cambios estructurales.

En efecto, es el Estado quien ha llevado a la universidad a un momento de desfinanciamiento (y a todos los establecimientos de educación pública), puesto que éste no proporciona el dinero necesario para su sostenimiento y mantenimiento sin afectar la calidad, agrediendo La Constitución Política de Colombia que en su Articulo 69º consagra que El Estado facilitará mecanismos financieros que hagan posible el acceso de todas las personas aptas a la educación superior”

Como resultado de lo anterior, la Universidad se ve sometida a unas condiciones asfixiantes que la han obligado a recurrir a la autofinanciación por medio del elevado costo de los formularios para presentar el examen de admisión y el aumento desproporcionado de las matriculas semestre a semestre, afectando al estudiantado de la Universidad Pública en general (por ende a los de la Nacional), y a la sociedad en su conjunto.

Ante estas circunstancia nos preguntamos ¿por qué debemos pagar por una matrícula o por la “oportunidad” de acceder a una UNIVERSIDAD PÚBLICA?, ¿Acaso la Educación no es un derecho?

Así lo plantea el Artículo 67º de la Constitución Política, donde afirma que “La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de la cultura […]

La educación será gratuita en las instituciones del Estado, sin perjuicio del cobro de derechos académicos a quienes puedan sufragarlos […]”.

Es paradójico que la Universidad Nacional, que se supone está al servicio de la población Colombiana y comprometida con el mejoramiento de la calidad de vida, el bienestar social de la nación – la universidad del pueblo y para el pueblo –, obstruya el acceso a gran parte de la población por sus altos costos tanto en matriculas como en formularios.

El problema estructural que vive la sociedad enmarcado en los contextos económico, político, cultural y social, se ha negado, encubierto y olvidado; pero su reflejo se hace evidente en la Educación cuando los estudiantes se ven frente al problema de estudiar o trabajar para tener ingresos económicos y la grave situación que vive la educación pública secundaria, al no dar ni siquiera los suficientes conocimientos para aprobar un examen de admisión, dificultando así el acceso de los jóvenes a la educación universitaria. Es debido a estas circunstancias que miles de jóvenes desertan de sus sueños y muy pocos continúan luchando por una educación, la cual es obstaculizada por medio de la precariedad de cupos y condiciones pertinentes que aseguren la permanencia de los estudiantes.

La necesidad de autofinanciación que atraviesa la universidad ha generado el cobro de matriculas y formularios, los cuales son casi inaccesibles. Por lo tanto, se debe hacer una crítica no sólo a la Universidad por su excesivo costo, sino al mismo Estado quien es el que ha creado las condiciones para que estos sean cobrados arbitrariamente, desnaturalizando así el SER de la Universidad Pública.

Es necesario que la universidad abra sus puertas a toda la población colombiana y que los jóvenes de los sectores más vulnerables del país accedan a una educación de calidad y digna; pero para que esto suceda, la universidad y el Estado deben generar condiciones básicas para lograrlo, brindando a sus estudiantes alternativas para no desertar – transporte, alimentación, salud – y que de esta forma no se postergue el estudio para subsistir.

Todas las personas tenemos el derecho a una educación de calidad, pedagógica y con grandes contenidos académicos. La universidad es el espacio dispuesto para pensar, proponer, actuar y poner el conocimiento al servicio de la transformación social y de esta forma generar procesos reales de cambio que alteren el orden actual y que contribuyan a la construcción de una sociedad equitativa, libre y autónoma.

“Desmontar la educación pública significaría des­montar las ilusiones,

es el costo que están pagando por mantener esa ilusión.

Gran parte de la educación pública es lo que le cuesta a la burguesía sostener la ilusión

de la mayoría de la población de que su destino no está dado por su nacimiento sino

que se debe o resulta de la adecuada utilización y aprovecha­miento de las

oportunidades que brinda el sistema a través de la educación.”

Estanislao Zuleta



[1] Todos tenemos derecho al acceso de la educación pública, puesto esta no pretende excluir a las personas de los estratos más altos, pero se considera prioridad aquellos que se encuentran en vulnerabilidad.

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