lunes, 4 de mayo de 2015

Nueva etapa y mismos retos en la Universidad de Antioquia


Mauricio Alviar lleva un mes en la rectoría de la Universidad de Antioquia, uno de los cargos más importantes del país. Su propuesta de gobierno en el claustro académico representa, claramente, los intereses neoliberales del anterior mandato de Alberto Uribe Correa con una diferencia: Alviar es más contundente. Presentamos a continuación un análisis del “nuevo momento” del Álma Mater.
Por Felipe Meneses*
Luego de tanta expectativa en la comunidad académica, de múltiples reclamaciones por parte de algunos estudiantes sobre la posible reelección, de una sentida voz por parte de los estamentos reclamando nuevos modelos democráticos dentro de la institución y de una contienda política (porque es política más que académica, y está determinada por intereses externos a las necesidades de la Universidad), el 24 de febrero pasado el CSU (Consejo Superior Universitario) tomó la decisión de designar rector de la Universidad de Antioquia a Mauricio Alviar, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas.
Un hombre con una hoja de vida íntegra y completa, un académico desde todo punto de vista y un ser que ha vivido y convivido con la academia. Sin embargo, esta designación no se acoge de muy buena manera dentro de la comunidad universitaria puesto que se sigue sintiendo un sinsabor pese a los cambios de administración y a las nuevas iniciativas.
Son múltiples los elementos que hay que tener en cuenta a la hora de analizar este nuevo periodo que entrará en ejercicio; desde el punto de vista académico programático, la idea de universidad que encabeza el rector designado no es muy prometedora, ya que sus propuestas no se presentan como las más idóneas en un contexto de crisis educativa. Propuestas como transformar el examen de admisión, proyectar 3 semestres en un año o implementar los ciclos propedéuticos hacen parte de su campaña “la calidad educativa”, no obstante, surge una pregunta fundamental ¿son realmente estas las soluciones a la crisis de calidad?
La calidad es evidentemente uno de los problemas más graves que hoy atraviesa la educación superior, pero cambiar un examen de actitudes a uno de conocimientos conllevará a que se restrinja el ingreso de estudiantes de colegios públicos a la universidad pues, si somos sinceros con la lectura del momento, uno de los grandes impedimentos de la educación superior, es la precaria educación secundaria del país. Es decir, las propuestas del señor Alviar apuntan a consolidar una idea de educación para el mercado internacional, para el capitalismo globalizado y para las necesidad de las potencias mundiales y las organizaciones multilaterales (OCDE – BM) que ven en Colombia una gran reserva de recursos para avanzar en esta etapa de transición del capital, la cual apunta a consolidar un sistema integral en el que los países cumplan una función específica que, contraria a solucionar las necesidades concretas, pretende acrecentar la brecha económica que sumerge a nuestra población en una pobreza disfrazada de progreso.
Asimismo, en términos políticos, la revista Semana ha venido construyendo un discurso de “renovación” en la rectoría de la Universidad de Antioquia, pero no lo es tanto al momento de saber que los votos del nuevo rector fueron la suma de los esfuerzos del santismo, el fajardismo y el representante de los exrectores, quien fuese pre-candidato a la gobernación de Antioquia por el centro democrático.  ¿Cuál será, entonces, la función de Mauricio Alviar con relación a esta jugada política que de ninguna manera es coincidencia? Clara respuesta es la implementación de la política educativa enarbolada por el gobierno y plasmada en el Acuerdo 2034 y en el Plan Nacional de Desarrollo que tiene a la educación como una de las puntas de lanza para construir el proyecto de gobierno de la segunda era de Juan Manuel. Estos argumentos suenan, desde cualquier punto de vista, como un ejercicio conspirativo o especulativo, pero la experiencia colombiana de la política nos ha enseñado que nada pasa por que sí y que en la vida hacerse con espacios de poder significa avanzar en la construcción de un país al servicio de algunos intereses.
Con Alviar, del que apenas se conocen algunas de sus propuestas y se enuncia su trayectoria universitaria, nos espera otro panorama, sin embargo, es necesario que resuene en todos la urgencia de ampliar los elementos democráticos dentro de la Universidad de Antioquia, de hacer de la voz de los diferentes estamentos una herramienta de poder real que pueda incidir en la toma de decisiones que van a construir el futuro de la institución. El momento político actual nos llama a estudiar y a luchar, de manera propositiva; es momento de trascender de la oposición a la propuesta, es momento de demostrar que una universidad democrática y realmente plural sí es posible.

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