En
tiempos de anormalidad académica, uno de los temas mayormente mencionado es el
de la seguridad, tema que ha alcanzado gran popularidad en las últimas 24 horas
debido a los hechos sucedidos en el campus el día lunes 4 de Mayo en la
tarde-noche; adicionalmente se sabe que desde antes de semana santa los robos
se habían incrementado o al menos se habían hecho más evidentes, sin embargo no
es un secreto para nadie que siempre la comunidad universitaria ha sido víctima
de dichas acciones. La triste realidad es que al momento de proponer
soluciones, todos nos encontramos de frente a la incertidumbre y a aparentes
soluciones que nos parecen buenas por ser lo usual y no porque creamos en ellas
con convicción.
Poco
innovador es pensar en el uso de cámaras dentro del campus, es decir hace unos
cuantos semestres se instalaron alrededor de 500 cámaras y hasta el momento no
hemos sabido de detenciones o disminución de robos, producto de la constante
vigilancia de las famosas cámaras que pueden giran 360° horizontalmente, 180°
verticalmente y tienen un magnifico zoom. Las cámaras están ahí algunas las
vemos y otras no, el problema es que no están pensadas para proteger a la
comunidad, de ser así se hubiera evidenciado con acciones frente a los
suicidios o intentos de suicido desde el edificio de Ciencia y Tecnología (uno
de los que cuenta con gran cantidad de cámaras). Las cámaras están para darnos
una falsa idea de seguridad.
Se ha
mencionado además la instalación de torniquetes en las entradas de la
universidad, propuesta hecha por la administración hace poco tiempo, lo que
generaría una inversión grande e inoficiosa, ya que no harían ninguna
diferencia de la situación actual, o acaso no ocurren robos, acosos y abusos
sexuales en transmilenio que es un sistema semicerrado con uso de torniquetes.
Por no decir que esa medida rompe, además, con el carácter público del campus
universitario, como un lugar donde confluye la diversidad y la convivencia,
donde también se encuentran las ideas más creativas y brillantes con los problemas
de la sociedad colombiana y en definitiva donde se teje comunidad alrededor de
la vida y la cultura.
En ese
sentido, tenemos una serie de opciones que no nos dejan más que una leve
sensación de seguridad, ya que ni las cámaras de última tecnología ni la
posible implementación de torniquetes, nos ofrece una solución real a los
problemas de seguridad del campus, problema que no es exclusivo del campus, si
no de la ciudad y del país mismo. Adicionalmente, partiendo de la poca
confiabilidad que nos proporcionan en los barrios, y ahora en el campus,
organismos como la policía, el sistema judicial y el sistema carcelario del
país, las personas han optado por, como dicen por ahí, "hacer justicia con
sus propias manos", y se vuelve una situación normal que a ladrones se les
golpee y humille con disposiciones que consideramos correctivas así como en
otros países se les cortan las manos o se los marca de por vida. Y frente al
cómo tratar estos temas al parecer tenemos tres opciones, la primera actuar
bajo lo que muchos llaman la responsabilidad que acarreamos al ser de los pocos
tenemos la posibilidad a acceder a la educación y por ello debemos responder
bajo los argumentos de la razón; la segunda dejarlo en manos de cámaras,
posibles torniquetes, agentes de la policía y un sistema judicial y carcelario
donde se encierra en cárceles con sobrepoblación a un hombre por robarse un
caldo maggi y no a quienes ya tienen un historial detenciones por robo; por
último tenemos la opción de tomar la justicia en nuestras manos e inventarnos
medidas como dejarlos desnudos y amarrarlos a algún lugar con un letrero que
diga "por rata" o algo por el estilo.
Es por
tanto necesario hacer un llamado a la reflexión, sobre las falsas ideas de
seguridad, que representan un alto gasto de recursos propios y nos dejan
demasiado que decir sobre su efectividad, una reflexión sobre en qué tipo de
personas nos convertimos cuando tomamos medidas como "linchar" a
alguien y darnos a la tarea de pensar que acciones podrían solucionar el
problema central que se aborda en lo escrito. Para concluir, una última
reflexión en torno a que problemas como el robo, el acoso y abuso sexual,
etcétera, no se ha solucionado, al menos en el país, con medidas represivas,
que por el contrario pueden conllevar a consecuencias indeseadas (por ejemplo
si se sabe que un ladrón será golpeado, puede llevar un arma y con facilidad
asesinar a alguien); si no que estos problemas deben ser atacados desde la
raíz, desde la educación en casas y colegios y desde un estado que dote de
trabajo digno y en general de condiciones dignas de vida a todas las personas.
0 comentarios:
Publicar un comentario